María Eugenia Vidal decidió volver al centro del ring. En un momento en que el PRO atraviesa una crisis de identidad y parte de su dirigencia se mimetizó con La Libertad Avanza, la ex gobernadora bonaerense lanzó un mensaje directo a la tropa amarilla: “La etapa de pintarse de violeta se va agotando”. La frase, más que una crítica, sonó a advertencia y a intento de reordenar el tablero opositor.
Según sostuvo, quienes “querían irse a LLA ya se fueron”, y lo que viene ahora es reconstruir al PRO como un espacio con identidad propia. “El PRO se mantiene de pie y trabajando por construir una alternativa”, afirmó, en una señal de que busca erigirse en una de las voces que articulen esa etapa.
Vidal también apuntó contra la dinámica política que dejó el triunfo libertario. “Mientras la alternativa sea el kirchnerismo, la polarización sirve para ganar elecciones pero no para gobernar”, expresó, cuestionando la lógica binaria que, según interpreta, Milei busca sostener para disciplinar al sistema político. En ese marco, planteó incluso la necesidad de una reforma constitucional que modifique los tiempos electorales.
“No se puede estar un año gobernando y otro en campaña. Hay que dejar atrás las elecciones cada dos años”, sostuvo. Propuso volver a un esquema de seis años de mandato presidencial sin reelección y comicios legislativos cada tres años, una idea que sorprendió dentro del propio PRO y que reflota discusiones sobre el funcionamiento del sistema político.
La diputada intentó equilibrar su distanciamiento de LLA con una señal de responsabilidad institucional. Aseguró que quiere un “PRO fuerte” que pueda apoyar al Gobierno “en lo que está bien”, pero sin diluir su identidad. “No necesita pintarse de violeta ni convertirse en LLA para hacerlo”, enfatizó, en una referencia directa a sectores del partido que coquetean con la órbita libertaria.
Vidal remarcó además que el triunfo de Milei del 26 de octubre “no es un cheque en blanco” y analizó que muchos votantes lo acompañaron “con miedo” a un regreso del kirchnerismo, más que con una adhesión plena a su programa económico. En ese escenario, consideró clave que el Gobierno aproveche la ventana legislativa para aprobar reformas como la laboral, la tributaria y la previsional. “Ojalá puedan sacarlas de acá a marzo”, dijo.
Con este posicionamiento, Vidal intenta ocupar un espacio que hoy está en disputa: el del PRO que acompaña sin diluirse, que marca límites a Milei, pero que no regresa al eje kirchnerismo–antikirchnerismo. Un PRO opositor, sí, pero también competitivo. Su mensaje dejó en claro que esa batalla interna recién empieza.