El Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires solicitó al ministro de Salud, Mario Lugones, la suspensión de una actividad programada para el 27 de noviembre en el Congreso de la Nación titulada “¿Qué contienen realmente las vacunas COVID-19? Perspectivas legales, políticas, económicas, genéticas e infectológicas”.
El pedido se produce en medio de la preocupación por la caída sostenida en los niveles de vacunación en el país y el resurgimiento de enfermedades que se consideraban controladas.
En una carta firmada por el presidente de la entidad, Rubén Tucci, los médicos advirtieron que el evento —que busca abordar el contenido y los efectos de las vacunas— podría afectar la confianza pública en la inmunización.

Según plantearon, desde su formulación inicial la actividad “puede provocar reticencia a vacunarse en la comunidad, o generar dudas respecto al valor de las vacunas”.
La posición del Colegio surge en un contexto en el que Argentina atraviesa una disminución significativa en coberturas de vacunación, con brotes recientes de sarampión, tos convulsa y hepatitis A, en línea con una tendencia global que preocupa a la Organización Panamericana de la Salud.
En 2023, por ejemplo, el país no logró alcanzar el 95% recomendado para múltiples vacunas del calendario oficial, lo que elevó el riesgo epidemiológico en varias jurisdicciones.
La entidad médica enfatizó que avalar una jornada de estas características en el Congreso “induce al negacionismo científico” y constituye un riesgo en un momento en el que existen “tasas de vacunación alarmantemente bajas”. Según el documento, esto implica “un enorme peligro, sobre todo en momentos en los que […] enfermedades que habiendo estado absolutamente controladas [...] están re-emergiendo como problemas sanitarios de peso”.
Los médicos subrayaron la necesidad de fortalecer las políticas de inmunización: “Resulta imperioso continuar con el compromiso de nuestro país con la Salud Pública, reconociendo a las vacunas como bien fundamental para la comunidad, conforme lo garantiza la Ley de Vacunas (Ley 27.491)”.
En el mismo sentido, rechazaron el evento por ser “tendencioso, inequitativo, y favorable a generar y reproducir falsos conceptos”, con el potencial de inducir “vacilaciones en la comunidad a la hora de decidir la vacunación personal para prevenir enfermedades que pueden ser mortales, o incapacitantes”.
El Colegio también publicó un informe en el que advierte sobre las consecuencias de una eventual interrupción de los programas de vacunación.
Señaló que “la falta de vacunas permitiría el resurgimiento inmediato de enfermedades como poliomielitis, sarampión, difteria, tos ferina y rubéola”, patologías que en las últimas décadas se mantuvieron controladas gracias a la inmunización sostenida.
El documento destaca que la pérdida de inmunidad colectiva dejaría expuestos a bebés, personas inmunocomprometidas y a quienes no desarrollan respuesta adecuada a las vacunas, lo que provocaría “un aumento drástico de casos graves, hospitalizaciones y muertes” y llevaría a la saturación de los sistemas de salud. También menciona los efectos sociales y económicos: cierre de escuelas, restricciones de viaje y caída del turismo, además de un incremento del riesgo de aparición de nuevas variantes y de resistencia antimicrobiana.
En ese marco, la entidad concluye que “abandonar la vacunación sería regresar a una época en la que las enfermedades infecciosas causaban muerte y discapacidad de manera habitual” y realizó un llamado a la población a “mantener y reforzar los esquemas de vacunación para proteger la salud individual y colectiva”.
FA