Este miércoles, en Casa Rosada, se celebró una nueva sesión del Consejo de Mayo, la instancia multisectorial convocada por el gobierno para debatir -entre otros temas- una regulación laboral que pretende cambiar las normas vigentes.
En representación de la central sindical participa Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA.
Se trata de uno de los dirigentes gremiales con mayor vocación de diálogo respecto al gobierno. Incluso ha participado de encuentros en el pasado con funcionarios como Guillermo Francos o Sandra Pettovello.
"Nosotros hablamos de una modernización laboral sin perder derechos", dijo Martínez este miércoles, y agregó que "no se ve un proceso dinámico de generación de puestos de trabajo". "El modelo económico no acompaña las necesidades de desarrollo y producción", siguió, y lo ejemplificó con las importaciones que sustituyen empleo local.
Por otro lado, dejó abierta la chance de que exista un pedido de la CGT para reunirse con el gobierno: “Posiblemente, ¿por qué no?”. De todas formas, evitó dar mayores precisiones.
“No coincidimos con los títulos, estamos en las antípodas”, dijo Gerardo Martínez, representante de la CGT en el Consejo de Mayo https://t.co/LxyNL8AZGo pic.twitter.com/Jydp8OwndY
— Nicolás Palermo (@NicoJPalermo) November 26, 2025
Cabe recordar que la CGT estrenó recientemente su nueva cúpula integrada por Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello.
Para el gobierno, la nueva conducción implica un interlocutor más moderno y con perfil dialoguista, lo que podría facilitar las negociaciones alrededor de los cambios laborales. El pulso de la “opinión pública” y de la “calle” serán factores determinantes para torcer la balanza.
Por ahora, de todas formas, no hay ningún proyecto de ley enviado formalmente al Congreso. Al término de la reunión del Consejo, Cristian Ritondo indicó que los acuerdos alcanzados entre los 6 representantes son estructurales, pero hay diferencias en los detalles.
“Cada uno presentó propuestas. Por supuesto habrá pedacitos de propuestas de cada uno y después, al final del camino, seguramente la impronta será del Ejecutivo”, afirmó el legislador del PRO. El temor de la CGT es que la redacción final no incluya la perspectiva de la central sindical, sino que domine la visión libertaria y de la Unión Industrial Argentina. El propio Martínez reconoció que, en algunos puntos, están en las "antípodas" de lo que propone el gobierno como reforma laboral.
Desde la asunción del gobierno de Javier Milei, la relación con la CGT quedó marcada por una ambivalencia constante: por un lado, la convocatoria al diálogo a través del Consejo de Mayo; por otro, el plan gubernamental de reformas laborales que muchas agrupaciones sindicales ven con desconfianza.
La herramienta del paro general parece algo desgastada. La CGT lo sabe. Con una elevada informalidad laboral, la eficacia de una medida de fuerza nacional disminuye y además afecta a las personas de menores recursos. Se vuelve impopular.
Además, el 40% que obtuvo La Libertad Avanza en octubre le pone un límite a la visión “catastrófica” de los sectores más opositores. Es un termómetro que la CGT suele tener en cuenta a la hora de dosificar la conflictividad.
FA