06/12/2025 - Edición Nº1033

Internacionales

Integración energética

Argentina y Uruguay: ¿la planta de hidrógeno verde como símbolo de paz y unión?

27/11/2025 | La cooperación bilateral avanza con un enfoque preventivo entre los cancilleres Pablo Quirno y Mario Lubetkin que prioriza el desarrollo y la armonía regional.



El encuentro entre el canciller argentino Pablo Quirno y su par uruguayo Mario Lubetkin en Montevideo confirmó una señal política clave: ambos países están dispuestos a gestionar el proyecto de la planta de hidrógeno verde en Paysandú como una oportunidad estratégica, no como un motivo de conflicto. En lugar de reproducir tensiones históricas en la cuenca del Río Uruguay, el diálogo apunta a integrar visiones, equilibrar intereses locales y construir una relación madura frente a inversiones de alto impacto económico y ambiental. La decisión de mantener canales permanentes de consulta refleja una diplomacia orientada al futuro.

Para Argentina, el proyecto no despierta oposición estructural. El Gobierno dejó claro que respalda el desarrollo de energías limpias y reconoce el valor geopolítico del hidrógeno verde en la agenda global de descarbonización. El planteo realizado en Montevideo se concentra en un aspecto preciso: asegurar que la instalación preserve la actividad económica preexistente de las poblaciones ribereñas. La posición oficial busca proteger a las comunidades locales sin frenar una iniciativa que podría reforzar la transición energética regional.

Argentina 


Argentina es un país sudamericano de gran envergadura con un terreno que incluye las montañas de los Andes, lagos glaciales y praderas en las Pampas, la tierra tradicional de pastoreo de su famoso ganado.

Desarrollo sostenible compartido

La planta de Paysandú representa un salto tecnológico que podría posicionar al Río Uruguay como un polo de innovación energética. Para ambos países, es una oportunidad de generar empleo calificado, atraer inversiones, diversificar exportaciones y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Lejos de una lógica de confrontación, la postura argentina promueve un enfoque de sostenibilidad compartida, donde cada proyecto industrial se evalúa con rigor técnico y con participación de las comunidades locales. La cooperación técnica binacional permite sumar capacidades y garantizar estándares ambientales robustos.

El compromiso uruguayo de incorporar las observaciones argentinas en el proceso de evaluación ambiental refuerza esta visión. Frente a proyectos de alta complejidad, el trabajo conjunto entre cancillerías y autoridades provinciales y municipales aporta transparencia y previsibilidad. La participación activa del gobernador de Entre Ríos y de los intendentes de la zona confirma que la transición energética no puede pensarse sin involucrar a los territorios directamente afectados.

Una diplomacia preventiva y moderna

A diferencia de crisis pasadas en la cuenca del Río Uruguay, esta vez ambos gobiernos avanzan con mecanismos institucionalizados para evitar choques y garantizar certidumbre a la inversión. El enfoque preventivo, que prioriza la cooperación sobre el litigio, demuestra una madurez diplomática poco frecuente en la región. Al apostar por el entendimiento técnico y el trabajo conjunto, Argentina y Uruguay envían una señal positiva a actores internacionales que buscan estabilidad regulatoria para proyectos de energías limpias.

Este diálogo renovado también fortalece la posición de ambos países en un mercado global que demanda soluciones de descarbonización. Con reglas claras, participación social y coordinación transfronteriza, la planta de hidrógeno verde puede convertirse en un modelo regional de cómo gestionar el equilibrio entre desarrollo, ambiente y diplomacia. La estrategia argentina no solo defiende los intereses locales, sino que promueve una visión regional donde el Río Uruguay deja de ser frontera de conflicto para transformarse en plataforma de innovación y cooperación.