Manu Jove recibió el Martín Fierro a Cronista / Movilero y, lejos de limitarse a los agradecimientos clásicos, usó el escenario para señalar lo que definió como “un problema creciente”: los excesos de las fuerzas de seguridad contra periodistas que cubren la calle. Ante el auditorio, mencionó especialmente el caso de Pablo Grillo, cuyo episodio reabrió el debate sobre los límites del accionar policial.
El ganador agradeció a su equipo y a TN, pero rápidamente volvió al tema que lo inquieta. “Estamos para informar, no para ser el blanco de la represión”, sostuvo, generando un silencio atento en la sala. Su intervención se transformó en uno de los momentos más aplaudidos de la noche.
La terna era una de las más competitivas, pero Jove logró destacarse no solo por su trabajo diario sino por un discurso que llevó la discusión más allá del premio, instalando un reclamo que atraviesa a toda la profesión en un año especialmente hostil para los cronistas de calle.