La diputada nacional y senadora electa Lorena Villaverde, ya cuestionada por sus vínculos con el empresario Fred Machado, enfrenta ahora un frente judicial adicional. Esta semana se conoció la denuncia de una extrabajadora que asegura haber sufrido irregularidades laborales graves mientras cumplía tareas en la vivienda de la legisladora en el barrio privado Los Patricios II, en Cipolletti.
El reclamo, presentado en el fuero laboral y previamente ingresado en el Juzgado de Paz de la ciudad, detalla un vínculo marcado por la informalidad absoluta: ausencia de registración, horarios extendidos, salarios adeudados y un clima de maltrato que —según la denunciante— era parte de la rutina diaria. La mujer afirma haber trabajado durante febrero, marzo, abril y mayo de este año, con jornadas que comenzaban por la tarde y se prolongaban hasta cerca de la medianoche.
Sus funciones, relata, excedían ampliamente las propias del empleo doméstico. Además de limpieza y cocina, debía realizar trámites particulares, gestionar documentación, hacer compras, efectuar pagos y trasladar menores a distintas actividades. En un tramo especialmente crítico, asegura que cubrió durante dos semanas las tareas del personal de limpieza de la mañana sin recibir compensación adicional. Todo ello sin contrato, aportes ni registro formal.
La trabajadora denunció también el impago de la totalidad del salario de mayo —una suma que supera el millón de pesos— e intimó a Villaverde a regularizar la situación. El silencio de la diputada, sumado a episodios reiterados de maltrato verbal, llevó a la empleada a considerarse despedida indirectamente.
Pero lo que agrava el cuadro es que no sería un hecho aislado. Según nuevos testimonios que comenzaron a circular en Cipolletti, otras empleadas que pasaron por la casa de Villaverde describen episodios similares: gritos, insultos, humillaciones, exigencias fuera de horario y tareas ajenas a cualquier convenio. La coincidencia entre los relatos sugiere, según quienes los recabaron, un patrón sostenido en el tiempo.
Mientras las denuncias laborales avanzan, el escenario político de Villaverde también se complica. La senadora electa no prestará juramento en la sesión preparatoria y su diploma volverá a la Comisión de Asuntos Constitucionales, luego de las múltiples objeciones presentadas por causas vinculadas al narcotráfico en Estados Unidos y presuntas estafas en Río Negro.
El telegrama laboral enviado en agosto por la empleada despedida abrió una fisura en un muro que hasta entonces parecía impermeable. Ahora, los episodios que ocurrían puertas adentro de un barrio cerrado empiezan a exponerse ante la Justicia. En Cipolletti, la pregunta empieza a repetirse: ¿Cuántas trabajadoras atravesaron situaciones similares?
GZ