El obispo Santiago Olivera elogió a Bullrich y Petri y pidió por su labor legislativa

El obispo castrense Santiago Olivera utilizó la homilía de la misa celebrada en la iglesia Stella Maris para brindar un amplio reconocimiento a los ministros salientes Patricia Bullrich y Luis Petri, quienes dejarán las carteras de Seguridad y Defensa para asumir tareas legislativas en el Senado y en Diputados. Frente a capellanes y a la plana mayor de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, Olivera expresó su “gratitud y afecto” hacia ambos funcionarios.

En su mensaje, el titular del obispado castrense destacó que Bullrich y Petri demostraron “sólida capacidad de conducción” en contextos complejos. Sostuvo que, a diferencia de gestiones democráticas que “tuvieron aprensión de pronunciar la palabra autoridad y sobre todo de ejercerla”, los ministros “con la ley en la mano” lograron “recuperar la libertad de circulación y la seguridad tanto para el pueblo como para los uniformados”.

Olivera agradeció a los funcionarios “el acompañamiento, la cercanía, la dedicación y el servicio” brindados a las instituciones castrenses y policiales, y remarcó que militares, policías y sus familias “se sintieron cuidados y tenidos en cuenta”. También valoró su “lucha contra la trata de personas y contra la droga y sus mercaderes”, a los que calificó como una amenaza que “corrompía y arruinaba familias, especialmente a los jóvenes”.

Para subrayar su mensaje, citó al filósofo francés Jacques Maritain y su afirmación de que una democracia “no debe ser una sociedad indefensa” ante quienes amenazan la libertad “en nombre de la libertad”. Desde esa idea, insistió en el equilibrio entre autoridad y libertad como clave para consolidar la vida política del país.

Dirigiéndose a Bullrich y Petri -a quienes llamó reiteradamente “queridos”- el obispo afirmó que la Argentina, “nacida a la luz de la evangelización”, necesita nuevamente “la presencia y energía transformadoras” de sus dirigentes. Elevó entonces una oración para que Dios y la Virgen los acompañen en su nueva etapa parlamentaria y les permitan “vivir con hondura” el mandato popular.

Finalmente, Olivera pidió que “la gracia divina” inspire y sostenga su labor legislativa, y los alentó a trabajar “con magnanimidad y lealtad”, mirando “por el bien de toda la familia humana”. Concluyó que, si el equilibrio entre autoridad y libertad se defiende con firmeza, “la vida política del país podrá consolidarse definitivamente”.

GZ