El día que recordó Mauricio Macri: cuando la Bombonera silbó a Novak Djokovic

El expresidente de la Nación, Mauricio Macri, se encontró en Doha con Novak Djokovic y recordó con humor el día que el tenista visitó la Bombonera junto a Rafael Nadal y Nole recibió una lluvia de silbatinas y abucheos. 

El 24 de noviembre de 2013, Djokovic, uno de los tenistas más destacados del mundo, vivió una experiencia agridulce en su última visita a la Argentina.

Mientras recorría el país junto a su colega español, ambos aprovecharon para asistir a un partido de Boca Juniors contra All Boys en el emblemático estadio de La Boca.

La visita, que inicialmente transcurría sin inconvenientes, tomó un giro inesperado cuando el serbio se vio envuelto en una polémica que no había anticipado.

Durante el entretiempo, Djokovic y Nadal se aventuraron en el campo de juego para patear unos penales. Aunque el objetivo parecía ser un rato de esparcimiento y conexión con los hinchas, la reacción de los hinchas se dividió. Mientras Nadal recibió una cálida recepción, Djokovic experimentó una realidad diferente: una lluvia de silbidos y abucheos lo recibieron cada vez que se preparaba para patear.

El origen de los silbidos de los hinchas de Boca

La razón del malestar de la hinchada de Boca con Djokovic fue un episodio ocurrido días antes de su visita a la Bombonera. El tenista serbio había elogiado públicamente a San Lorenzo y había aceptado un carnet de socio del club, el equipo preferido del Papa Francisco.

El gesto, que para Djokovic podría haber sido una simple muestra de simpatía, fue visto por los hinchas de Boca como una preferencia inaceptable, generando una ola de descontento.

Los tenistas con la camiseta de Boca dentro del campo de juego.

Además, durante su estadía en Argentina, se supo que Djokovic había rechazado una camiseta de Boca en favor de "la que usa el Papa", un acto que claramente lo ubicó en el lado opuesto de los simpatizantes xeneizes. Por ello, cuando se encontraba en el campo de juego, la Bombonera se tornó hostil, y las silbatinas no se hicieron esperar cada vez que el serbio tocaba la pelota. 

Según algunos trascendidos, el experimento resultó ser más que un simple inconveniente para Djokovic y el tenista estuvo afectado por el recibimiento. Es que, hasta ese momento, su desempeño y carisma habían sido motivo de aplausos, especialmente durante sus encuentros de exhibición en La Rural y su visita al glaciar Perito Moreno.