01/12/2025 - Edición Nº1028

Política

Golpe de autoridad

Karina Milei cierra 2025 marcando territorio y arrinconando a Santiago Caputo

01/12/2025 | La secretaria general de Presidencia ordenó tropas y mostró su fortalecimiento interno tras el recambio del gabinete y el triunfo legislativo. La ausencia de Santiago Caputo expuso el rol secundario del estratega en la nueva etapa de LLA.



La Libertad Avanza (LLA) cerró el año con un congreso en Mar del Plata que dejó al descubierto una escena que venía creciendo en voz baja dentro del oficialismo: la reconfiguración del “triángulo de hierro” que el propio Javier Milei reivindicó como núcleo de su poder. En ese esquema, históricamente integrado por él mismo, su hermana Karina y el estratega Santiago Caputo, la balanza se inclinó con claridad hacia la secretaria general de Presidencia. Y el evento realizado en el Hotel Provincial terminó de cristalizar ese movimiento.

Karina Milei encabezó la actividad rodeada por sus alfiles Sebastián Pareja y Martín Menem, pero sin Santiago Caputo. La ausencia no fue casual ni menor: en la dirigencia libertaria ya se interpreta como un gesto explícito del nuevo orden interno. Karina no solo ocupó el centro de la escena política, sino que -según admiten incluso quienes trabajan con Caputo- planificó y condujo el encuentro sin permitir interferencias de la pata estratégica que dominó la primera etapa del gobierno.

El congreso reunió a legisladores, concejales, consejeros escolares y armadores bonaerenses, y formalmente se presentó como una jornada de formación técnica. Pero detrás de los módulos de Presupuesto, Boleta Única, técnica legislativa y reordenamiento territorial, se movía otro objetivo: mostrar que la arquitectura partidaria, la construcción territorial y la capacidad de disciplinamiento interno responden hoy a Karina, no al consultor que pretendió manejar la campaña, la narrativa, la comunicación y la ingeniería electoral del mileísmo.

Ese corrimiento no es espontáneo. Llega después de dos hechos que reposicionaron a la hermana presidencial: el buen resultado en las elecciones legislativas, que robusteció los bloques libertarios, y el reordenamiento del gabinete, donde su mano apareció abiertamente en designaciones clave. La más comentada fue la llegada de Carlos Presti a Defensa, una propuesta surgida de su órbita y un avance en un terreno históricamente influido por Caputo. Para muchos dentro del espacio fue una señal inequívoca de que la segunda etapa del gobierno se moverá bajo una lógica de conducción política más concentrada y más alineada a ella.

En la intimidad del oficialismo se reconoce que la relación entre Karina y Caputo atraviesa una tensión sostenida desde el inicio del gobierno. Ambos protagonizaron movimientos por el control de la estructura partidaria, de las agendas internas y del relato político. Esa competencia, que el Presidente intentó contener bajo la figura del “triángulo de hierro”, se desbalanceó en los últimos tres meses: mientras Karina fortaleció su estructura, ganó terreno en la toma de decisiones y se proyectó sobre el Congreso, Caputo perdió visibilidad, quedó fuera de los escenarios políticos y vio limitado su margen de acción.

El congreso de Mar del Plata funcionó como la confirmación explícita de ese giro. Karina no solo tomó la palabra principal, sino que fue presentada por los dirigentes como la arquitecta política de la nueva fase libertaria. “Agradezco a todos los que hicieron que LLA crezca y llegue a cada rincón de la provincia y del país. Sigamos trabajando con fuerza para lograr las reformas que la Argentina necesita”, sostuvo Karina Milei.

Por su parte, Martín Menem fue particularmente directo: “En los momentos críticos, Karina fue quien definió que había que acelerar y jugársela”, dijo, una frase que dejó claro cuál es el centro de conducción en esta etapa.

Sebastián Pareja también reforzó esa lectura al definir el encuentro como “un punto de inflexión” para la política bonaerense y al plantear que LLA está lista para dominar la agenda provincial. Sus palabras, más que un balance, funcionaron como un reconocimiento al ordenamiento interno que Karina buscó consolidar durante el año.

La figura de Caputo quedó ausente tanto en el acto como en la narrativa del cierre. Su rol, central en la campaña y en la instalación simbólica de Milei como candidato disruptivo, aparece ahora desplazado del centro de decisión. Dirigentes del espacio admiten -en privado- que la decisión de Karina de no integrarlo en actividades políticas, ni de cara a la militancia ni hacia el exterior, marca un límite concreto y una redefinición del lugar que ocupará en la segunda etapa.

Con el partido ordenado bajo su órbita, con un Congreso ampliado que depende de su conducción para sostener la agenda reformista y con injerencia directa en nombramientos estratégicos, Karina Milei cierra el año convertida en la figura que arma, define y proyecta el rumbo político del gobierno. Y Mar del Plata dejó una imagen que ya nadie dentro del oficialismo discute: en el “triángulo de hierro”, la fuerza gravitacional cambió, y la hermana del Presidente ya no es un vértice, sino el nuevo eje.