La actriz Jodie Foster, galardonada con un premio tributo en el Festival de Cine de Marrakech, rememoró sus experiencias tempranas en la industria, destacando su trabajo en Taxi Driver (1976), donde a sus 12 años interpretó a la joven Iris. Aunque el papel la llevó por primera vez a Cannes y marcó su carrera, Foster recordó que su primer encuentro con su coprotagonista, Robert De Niro, no fue tan impresionante. De Niro, hoy considerado uno de los actores más respetados de Estados Unidos, estaba sumergido en su personaje, como actor de método para encarnar a Travis Bickle, algo que Foster encontró poco interesante.

Jodie Foster relató que, durante la preparación de la película, De Niro la "apadrinó" y la llevaba a cafeterías para practicar los diálogos. Sin embargo, debido a su enfoque metodológico, el actor se mostraba distante. Foster recordó esos almuerzos con una mezcla de desconcierto y tedio: “Él era realmente poco interesante y recuerdo tener estos almuerzos con él y pensar: ‘¿Qué está pasando? ¿Cuándo puedo irme a casa?’”. La actriz explicó que el intérprete no podía entablar una conversación, obligándola a charlar con los mozos y la gente del restaurante para llenar el tiempo.
El punto de inflexión llegó cuando De Niro decidió compartir su proceso de preparación con ella. Foster reveló que en su tercer almuerzo, el actor finalmente la guió a través de la improvisación, un momento que le "abrió los ojos a lo que podía ser la actuación". En ese instante, la joven actriz tuvo una epifanía al darse cuenta de que la actuación no se trataba solo de recitar líneas, sino de construir un personaje con una contribución propia. Foster describió esa realización con emoción: “Y me di cuenta a los 12, ‘Oh, es mi culpa porque no he aportado lo suficiente’... Y creo que a partir de ahí, todo cambió”.
La actriz de El silencio de los inocentes también recordó las peripecias en el Festival de Cannes. Foster reveló que en un principio, nadie quería financiar su viaje, pero su madre insistió en que debía ir dado que ella hablaba francés. Una vez allí, se encontró con que De Niro, Martin Scorsese y Harvey Keitel estaban "realmente paranoicos" por el rumor de que la película era demasiado violenta. Como resultado, el equipo se acobardó y “no querían salir de sus habitaciones” en el Hotel du Cap, dejando a la joven Foster a cargo de todas las entrevistas en francés para el equipo.
Durante la conversación, Foster confesó que la actuación no fue una elección personal: “Nunca hubiera elegido ser actriz, no tengo la personalidad de un actriz”, afirmando que el suyo fue un “trabajo cruel que fue elegido para mí”. Por ello, se siente impulsada a tender la mano a los jóvenes actores de hoy en día, preocupada por su bienestar en una profesión que puede “robarles la vida”. La actriz enfatizó la necesidad de tener una “delimitación muy firme entre tu vida privada y tu vida pública” para poder sobrevivir en la industria.