Los primeros resultados de las elecciones presidenciales en Honduras muestran un terreno favorable para la derecha política, que vuelve a posicionarse como opción mayoritaria después del ciclo de gobierno de Xiomara Castro. El liderazgo de Nasry Asfura, con una ventaja inicial sobre Salvador Nasralla y un claro desplazamiento del oficialismo, expresa un voto de corrección frente a la inestabilidad y el deterioro administrativo percibido durante los últimos años. La elección confirma que gran parte del electorado busca una conducción más pragmática y orientada a resultados.
El clima del país en la antesala de los comicios estuvo marcado por la frustración social, el aumento de la inseguridad y cuestionamientos sobre el manejo económico. En ese contexto, la campaña conservadora logró centrar el mensaje en orden, previsibilidad y eficiencia, tres vectores que conectaron con un electorado cansado de promesas incumplidas. La derecha logró capturar también el voto urbano, donde la presión por mejorar servicios públicos y dinamizar la inversión es más decisiva.
La fuerte caída de la candidata de Libre, Rixi Moncada, evidencia un agotamiento del proyecto gubernamental y sus dificultades para sostener cohesión política. La distancia con los candidatos opositores expone que la población no validó la línea de confrontación y la expansión estatal impulsada por el oficialismo. Al mismo tiempo, la votación revela el peso creciente de sectores moderados que ven en la derecha una vía para estabilizar la economía y frenar la conflictividad institucional.
El respaldo explícito de actores internacionales, sumado a la percepción de que Asfura encarna una alternativa más técnica y menos ideológica, reforzó la narrativa de gobernabilidad que la derecha logró instalar. En una elección altamente polarizada, la oposición capitalizó la demanda ciudadana de recuperar la confianza en el aparato estatal y reducir la improvisación que marcó áreas clave de la administración.
Honduras' presidential race sees Nasry Asfura, the Conservative National Party candidate backed by US President Donald Trump, leading with 41% in preliminary results, with the election marked by fraud claims and irregularities https://t.co/RlOPvBZXRO pic.twitter.com/mgeCpHiKuW
— Reuters (@Reuters) December 1, 2025
Si la tendencia se consolida en el escrutinio final, el nuevo liderazgo deberá enfrentar un país desgastado, con altos niveles de pobreza y violencia, pero también con una ciudadanía que exige cambios inmediatos. La derecha hondureña asume que, para sostener la legitimidad inicial, será indispensable retomar la disciplina fiscal, atraer inversión y profesionalizar la gestión pública. Un eventual triunfo opositor abre una ventana para reordenar prioridades y reactivar la cooperación internacional.
🚨| URGENTE: Con un total 530.000 votos el candidato presidencial de derecha del Partido Nacional, Nasry Asfura, lidera los primeros resultados del CNE y se perfila como el próximo presidente de Honduras 🇭🇳. La candidata comunista quedó en 3er lugar según el primer boletín. pic.twitter.com/TEj7IaS6Sc
— Eduardo Menoni (@eduardomenoni) December 1, 2025
El proceso electoral también deja lecciones sobre el comportamiento político regional: cuando el oficialismo se aleja de las preocupaciones cotidianas y profundiza tensiones internas, el electorado tiende a favorecer alternativas orientadas a la estabilidad y al crecimiento. Honduras se convierte así en el caso más reciente donde la derecha capitaliza el hartazgo social para reconstruir una plataforma de poder con expectativas renovadas.
