04/12/2025 - Edición Nº1031

Internacionales

Economía británica

Reino Unido anuncia rebajas energéticas y medidas para aliviar a las familias

03/12/2025 | El gobierno de Keir Starmer presentó un plan económico que reduce facturas y suma apoyos sociales.



El Reino Unido atraviesa una de las etapas económicas más tensas desde la crisis financiera de 2008. La inflación acumulada de los últimos años, la volatilidad energética derivada de la guerra en Ucrania, la caída del poder adquisitivo y los efectos persistentes del Brexit sobre el comercio dejaron a millones de familias con dificultades para afrontar gastos básicos. En ese marco, el gobierno de Keir Starmer presentó un plan integral que busca reducir facturas domésticas, aliviar la presión sobre los ingresos y reorientar la economía hacia un modelo más estable.

La medida más visible es la rebaja promedio de hasta ciento cincuenta libras anuales en las facturas de energía. El Ejecutivo sostiene que esa reducción será posible gracias a cambios regulatorios y a la puesta en marcha de Great British Energy, una empresa pública destinada a producir electricidad de forma nacional con fuentes limpias. La apuesta es doble: abaratar costos en el corto plazo y generar mayor independencia energética en un mercado europeo muy sensible a los precios del gas y del petróleo. La creación de esta compañía estatal marca un giro respecto de las políticas previas, que habían privilegiado a las empresas privadas incluso en áreas estratégicas del sistema eléctrico.

A esta baja en la energía se suman reformas en las ayudas sociales. El gobierno anunció la eliminación del límite de dos hijos para acceder a determinados beneficios, una medida que busca revertir el aumento de la pobreza infantil que dejó a cientos de miles de menores en situación vulnerable. Las autoridades también plantearon una modernización del sistema de apoyo para trabajadores que perdieron su empleo o enfrentan problemas de salud crónicos. El objetivo es mejorar el acceso a prestaciones que, según informes oficiales y académicos, se volvieron insuficientes durante la última década.

Otro componente central del plan es el transporte. El congelamiento de tarifas ferroviarias en Inglaterra durante 2026 busca contener uno de los gastos que más impactó en los presupuestos familiares. Las tarifas de tren aumentaron año tras año incluso en períodos de ingresos estancados, lo que llevó a una caída del uso cotidiano y a críticas por la falta de alternativas viables en grandes ciudades y regiones dependientes del ferrocarril. El congelamiento se presenta como una medida de emergencia para estabilizar el bolsillo mientras avanzan las negociaciones para reformar los contratos con las operadoras.


Great British Energy generará electricidad nacional para reducir dependencia externa.

La vivienda ocupa otro de los capítulos del programa económico. El gobierno planteó una reforma de las normas de planificación urbana destinada a acelerar la construcción de nuevos barrios, infraestructura y unidades habitacionales. El aumento sostenido de los alquileres, especialmente en Londres y en las ciudades universitarias, se volvió uno de los motores del descontento social. Las autoridades sostienen que la falta de oferta edificada, combinada con trabas burocráticas, impidió un crecimiento acorde a la demanda real.

El contexto general ayuda a explicar el alcance del paquete. En los últimos años, el Reino Unido registró una inflación superior al promedio europeo, fuertes presiones en el costo de la energía y una pérdida de productividad que afectó la capacidad de recuperación económica. La salida de la Unión Europea también introdujo trabas comerciales que encarecieron insumos, alimentos y productos importados. El gobierno afirma que el presupuesto 2025 es una respuesta a ese panorama y un primer paso para reconstruir la estabilidad de los hogares y sentar bases más firmes para la próxima década.


El congelamiento de tarifas ferroviarias apunta a contener un gasto que creció por encima de los salarios.

Las medidas llegan en un momento en que el gasto cotidiano sigue siendo una preocupación dominante. Organismos independientes advirtieron que, aunque la reducción en la energía representa un alivio, los precios mayoristas siguen siendo altos y cualquier crisis geopolítica podría volver a encarecer el servicio. Algo similar ocurre con el transporte, donde el congelamiento de tarifas no evita que las operadoras enfrenten costos crecientes. Los debates continúan también en materia de vivienda, donde expertos señalan que la oferta nueva tardará años en traducirse en precios más accesibles.

Para el gobierno de Starmer, sin embargo, el mensaje es claro: el Estado debe intervenir con más decisión en mercados clave para evitar que la población vuelva a quedar expuesta a ciclos de precios difíciles de sostener. La combinación de rebajas energéticas, apoyo familiar, transporte estabilizado e inversión en infraestructura intenta proyectar una señal de previsibilidad en un país que atravesó varios años de inestabilidad política y económica. El impacto real del plan se medirá en los próximos meses, cuando los hogares comiencen a ver si las facturas y los gastos cotidianos finalmente se moderan.