Diego Valenzuela llegó a la gala de los Martín Fierro con el temple de alguien que conoce de memoria el terreno mediático. Apenas acomodado para la entrevista con NewsDigitales, contó: “Creo que es la tercera nominación con Historias Ricas… ya lo hemos ganado en alguna oportunidad y yo amo la historia”.
Con su hermano al lado y Pietro Sorba del otro, describió el programa casi como una misión personal: “Me encanta poder contar a través de la comida la historia de los pueblos, de los inmigrantes, y todo lo que generó este crisol de razas gastronómico que somos”. Luego agregó: “Vengo de los medios… para mí es un gusto estar en el Martín Fierro”.
Cuando la charla giró hacia esa doble vida entre periodismo y política, Valenzuela fue contundente: “La comunicación es algo que llevo en mi ADN, es una pasión”. Explicó que hoy la prioridad es la gestión de Tres de Febrero, pero aun así se permite volver a la pantalla cada vez que puede: “En el poquito tiempo que puedo me sumo a algún emprendimiento como este”. Tuvo palabras cálidas para Sorba -“el crítico gastronómico más importante del país”- y confesó que el programa le permite “despuntar el vicio de los medios”.
Sobre el impacto que la televisión tuvo en su conocimiento público, lo admitió con naturalidad: “Sí, se mezclan las dos cosas”. Contó que en la calle lo paran por sus casi diez años de intendencia, pero también por sus pasos en radio y TV: “Me recuerdan mis momentos en Continental, en la tele… Estuve con Mariano Grondona en Hora Clave”.
Y remató con una observación que lo divierte: “A donde voy me hablan más de ‘Historias Ricas’ que de la política, porque el programa entra por el corazón. La comida es algo que hacemos todos”.
El día había sido largo; diplomas, transiciones legislativas y un clima político espeso en la provincia de Buenos Aires: “Está trabada la provincia, le va a costar al gobernador”, advirtió. Marcó su desacuerdo con la estrategia oficial: “No estamos de acuerdo con un endeudamiento excesivo, nosotros no lo vamos a votar”. Y profundizó en su crítica: “No compartimos una provincia con déficit que se endeuda para pagar déficit, donde no hay bajas de impuestos ni cambios en seguridad”.
También se permitió un mensaje político más directo: “Nuestro electorado quiere una provincia distinta, de libertad, de trabajo, de seguridad, y eso no es lo que está haciendo Kicillof”. Sobre el tironeo que hubo por el presupuesto, recordó que el Ejecutivo ya funcionó sin uno formal: “Viene trabajando dos años sin presupuesto, un poco mucho”. Para el intendente, el límite está claro: “No queremos que se endeude para hacer una campaña presidencial”.
Entre la política, los medios y la gastronomía, Diego Valenzuela volvió a mostrarse cómodo en todas sus facetas.