La rabona es una de las jugadas más icónicas del fútbol, caracterizada por pegarle a la pelota con una pierna cruzada detrás de la otra. Este término, reconocido por la Real Academia Española, tiene sus raíces en un hecho histórico ocurrido en Argentina en 1948.
Durante un partido entre Estudiantes de La Plata y Rosario Central, el jugador Ricardo “Beto” Infante realizó este sorprendente golpe en un intento de evitar usar su pierna menos hábil. Esta acción terminó en un gol que dejó asombrados a todos los hinchas.
La revista deportiva El Gráfico desempeñó un papel crucial en la creación del término "rabona". Publicaron una imagen de Infante vestido con un uniforme escolar, empleando la frase "El Infante que se hizo la rabona", aprovechando tanto su apellido como la expresión coloquial argentina de "hacerse la rabona," que significa faltar a clase.
Este momento marcó el nacimiento de un término que se ha mantenido en el vocabulario del fútbol desde entonces.

El acto de Infante, descrito como una muestra de destreza y creatividad en el campo, no solo sorprendió por su eficacia sino también por su belleza estética. La página oficial de Estudiantes de La Plata resalta la elegancia y precisión de Infante, describiéndolo como un "intérprete de ballet" sobre el césped.
A lo largo de los años, la rabona ha sido utilizada por algunos de los mejores jugadores del mundo, incrementando su popularidad y su significado en el deporte.
Diego Maradona, Claudio Borghi y Ángel Di María son solo algunos de los futbolistas argentinos que han realizado esta técnica en algún partido oficial.
Esta jugada se ha convertido en un signo de creatividad y audacia en el campo. La capacidad de cruzar las piernas en un movimiento fluido requiere no solo práctica y confianza sino también una gran comprensión del juego para ejecutarla de manera efectiva.