Herencia de Carlos Slim y legado Itaú: cómo se preparan para la nueva guerra fintech

El aniversario número 60 de Grupo Financiero Inbursa y el centenario ampliado de Itaú Unibanco ofrecen una ventana privilegiada para observar la evolución de los bancos de origen familiar en América Latina. Ambos surgieron en contextos económicos dominados por élites empresariales y regulaciones incipientes, y consiguieron sostenerse gracias a estructuras de control concentrado y estrategias de crecimiento sostenido. En México y Brasil consolidaron modelos donde la prudencia crediticia, la diversificación y la cercanía con sectores productivos fueron determinantes para su permanencia.

La trayectoria de ambas instituciones permite identificar un patrón común: el tránsito desde proyectos de inversión relativamente modestos hacia conglomerados robustos con presencia en banca comercial, seguros, inversiones y servicios digitales. Ese proceso, desarrollado a lo largo de décadas, moldeó organizaciones capaces de resistir crisis macroeconómicas profundas, al tiempo que fortalecieron su imagen de estabilidad ante sociedades habituadas a ciclos recurrentes de volatilidad.

México

Transformaciones paralelas

En su madurez, Inbursa e Itaú han impulsado estrategias de digitalización que reconfiguran la relación con sus usuarios y amplían su alcance en segmentos tradicionalmente dominados por la banca extranjera. La adopción temprana de tecnologías permitió a ambas entidades incrementar eficiencia operativa y mejorar su capacidad de competir con nuevos actores fintech, que presionan por productos más ágiles, transparentes y personalizados. Esta evolución ha sido clave para sostener relevancia en mercados donde las preferencias de consumo financiero mutan con rapidez.

Al mismo tiempo, los dos grupos enfrentan desafíos similares: la necesidad de expandirse sin comprometer sus modelos conservadores, el fortalecimiento de normativas regulatorias y la presión por elevar estándares de gobernanza. En el caso de Inbursa, su vínculo estructural con el universo empresarial de Carlos Slim continúa siendo un motor de estabilidad y de riesgo. Para Itaú, la herencia familiar convive con procesos de profesionalización que buscan equilibrar tradición y exigencias globales.

Inbursa e Itaú modernizan su legado familiar para competir en un mercado financiero más digital.

Rutas hacia la próxima década

Las trayectorias de ambos bancos muestran que el futuro no dependerá únicamente de la digitalización, sino de su capacidad para sostener confianza en contextos políticos y económicos más disputados. El avance de la competencia regional obliga a que instituciones como Inbursa e Itaú refuercen alianzas estratégicas, profundicen su integración tecnológica y gestionen portafolios con un enfoque más dinámico. La lectura conjunta de sus historias permite anticipar que la resiliencia institucional seguirá siendo un activo crucial ante escenarios inciertos.

Carlos Slim Helú is a Mexican business oligarch, investor and philanthropist. From 2010 to 2013, Slim was ranked as the richest person in the world by Forbes business magazine. He derived his fortune from his extensive holdings in a considerable number of Mexican companies through his conglomerate, Grupo Carso.

De cara a los próximos años, los analistas coinciden en que las transformaciones estructurales del sector financiero ejercerán presión para innovar sin perder la identidad construida durante décadas. El equilibrio entre prudencia, diversificación y expansión será determinante para sostener la presencia de ambos grupos en una región donde la competencia entre bancos tradicionales, fintechs y actores globales reconfigura cada año el mapa de poder financiero.