La causa ANDIS sumará este mediodía una declaración clave. Guadalupe Muñoz, pareja de Miguel Ángel Calvete —uno de los nombres centrales en la presunta trama de direccionamientos y retornos en la Agencia Nacional de Discapacidad— deberá presentarse ante el fiscal Franco Picardi, que avanza sobre el supuesto mecanismo de corrupción vinculado a la compra de medicamentos.
Muñoz aparece señalada en el expediente como un engranaje decisivo del circuito económico bajo investigación. Según el dictamen fiscal, fue quien, siguiendo instrucciones de Calvete, se encargó de reunir grandes sumas en efectivo para entregárselas a Diego Orlando Spagnuolo, otro de los imputados que ya pidió su sobreseimiento tras presentar una pericia de audios.
Los investigadores reconstruyeron parte del flujo de dinero gracias al contenido extraído del teléfono de Calvete. En esas conversaciones, el propio acusado le enviaba a Muñoz planillas con el detalle de los pagos supuestamente recibidos por distintas firmas contratadas por la ANDIS, incluidas aquellas vinculadas a ambos. Para Picardi, esa dinámica deja en claro la participación de la pareja en la administración de fondos y en la distribución de porcentajes entre los distintos actores.
“Miguel Ángel Calvete y Guadalupe Muñoz administraban los pagos efectuados por dichas empresas, participando activamente en la distribución de los fondos derivados de las operaciones investigadas, determinando los porcentajes a retener y el destino de los montos remanentes, los cuales, en algunos casos, finalizaban en manos de funcionarios nacionales”, sostiene la acusación.
Uno de los elementos más comprometedoras para Muñoz son los audios del 11 de junio de 2025. Allí, Calvete le explica de manera detallada cómo debía calcular los porcentajes y deja entrever que una parte del dinero quedaba para ellos mismos. Para el fiscal, ese intercambio es una evidencia directa del funcionamiento interno de la operatoria.
También figuran mensajes en los que se menciona un recibo por unos 90 mil dólares enviado por Muñoz, a lo que Calvete respondió con una instrucción corta y elocuente: que lo guardara en la caja fuerte. Sin precisar de quién provenía ese monto ni bajo qué concepto había sido recibido.
Con esta declaración, Picardi buscará ajustar el punto más sensible de la causa: el rol de Muñoz como administradora, distribuidora y resguardante del dinero que habría circulado a través del entramado ilícito. Su testimonio podría definir la próxima etapa de imputaciones y acercar a la investigación al presunto destino final de los fondos.