¿Qué significa la autonomía de Rosario promulgada por Javkin y qué cambia?

El intendente Pablo Javkin promulgó este miércoles la ordenanza que declara la autonomía institucional, política, administrativa, económica y financiera de Rosario, tras la reciente reforma de la Constitución santafesina. ¿Qué pasó, quiénes participaron, por qué ocurre ahora, dónde se dio el acto y para qué sirve? En un acto en el Monumento a la Bandera -rodeado de un fuerte simbolismo histórico- el jefe municipal oficializó un cambio que impacta de manera inmediata en la gestión diaria de la ciudad y abre un proceso que culminará en 2027 con la elección de convencionales para redactar la primera Carta Orgánica de Rosario.

La autonomía no es un concepto abstracto ni un mero gesto político: es la transferencia concreta de competencias desde la provincia hacia la ciudad. Hasta ahora Rosario -al igual que el resto de los municipios santafesinos- funcionaba bajo la Ley Orgánica de Municipalidades de 1986, idéntica para ciudades tan distintas como Santa Fe, Helvecia o Alvear. Con la reforma constitucional y la nueva ordenanza, Rosario deja atrás ese esquema uniforme y gana capacidad de decisión propia en áreas clave de su vida urbana.

Esto significa que la ciudad podrá dictar normas específicas para su realidad territorial, económica y social; administrar recursos sin pedir autorizaciones provinciales en varias materias; y diseñar su propio funcionamiento institucional mediante una futura Carta Orgánica. Para los especialistas, se trata de una deuda histórica que la provincia mantenía desde la reforma nacional de 1994, momento en el que la autonomía municipal quedó habilitada a nivel constitucional.

Cambios inmediatos: qué empieza a regir desde ahora

Aunque la Carta Orgánica llegará recién en 2027, la ordenanza aprobada por unanimidad en el Concejo Municipal ya pone en marcha un conjunto de facultades nuevas. Entre las más relevantes:

1. Arbolado y ambiente urbano

La planificación, poda, extracción y forestación del arbolado público ya no requerirá la autorización de la Provincia. Esta competencia pasa a estar totalmente bajo control municipal, con normativa propia y ejecución directa. Es un cambio significativo para una ciudad que históricamente debía presentar planes y esperar permisos para actuar.

2. Terrenos baldíos y salubridad

La Municipalidad podrá ingresar a propiedades abandonadas para limpiarlas, desinfectarlas o desratizarlas cuando representen riesgos de salud pública, sin necesidad de una orden judicial previa, aunque con la obligación de notificar a los titulares. Se apunta a reducir focos de inseguridad, mugre y presencia de roedores.

3. Autos abandonados y parque automotor

La ciudad podrá definir el destino de los vehículos retenidos: subastarlos, reutilizarlos o venderlos como chatarra, además de la compactación que permitía el esquema anterior. Esto flexibiliza una problemática crónica del corralón.

4. Endeudamiento y obras

Rosario ya no dependerá de una autorización provincial para tomar crédito cuando el monto represente menos del 8,33% de sus ingresos municipales. Esto agiliza entre cuatro y cinco meses los tiempos para iniciar obras de infraestructura, pavimentación y servicios.

5. Compras, contrataciones y gobierno digital

La ordenanza introduce la “compra ágil”, la compra electrónica y la subasta pública, con el objetivo de reducir costos, acelerar procesos y sumar transparencia. También habilita normas específicas para fortalecer el gobierno digital, los datos abiertos y la interoperabilidad administrativa.

6. Empleo público y paritaria local

Los salarios municipales dejarán de depender de la paritaria provincial. Se crea una Comisión Paritaria Local que negociará directamente con la Intendencia. Además, se establece un marco propio de relaciones laborales, estatuto y responsabilidad presupuestaria.

7. Expropiaciones y control urbano

Se crea un régimen acotado: sólo serán posibles mediante ordenanza aprobada por dos tercios del Concejo y en casos excepcionales (apertura de calles, avenidas o integración urbana).

8. Reconocimiento metropolitano

Rosario es formalmente reconocida como nodo principal del área metropolitana, lo que abre la puerta a firmar convenios regulatorios, operativos y de planificación con ciudades como Baigorria, Pérez o Funes sin depender de autorizaciones intermedias.

Un cambio estructural: qué se discutirá en la futura Carta Orgánica

La autonomía plena llegará con la redacción de la Carta Orgánica, que será elaborada por una Convención Estatuyente de 28 integrantes elegidos junto a los comicios locales de 2027. Entre los temas propuestos para ese debate aparecen:

• Forma de gobierno y posibilidad de crear la figura de una viceintendencia.
• Elección de concejales por distritos.
• Mecanismos de participación ciudadana (audiencias, presupuesto participativo, revocatoria de mandato).
• Ética pública y ficha limpia.
• Órganos de control.
• Integración metropolitana y reglas de uso del suelo.

No obstante, los estatuyentes serán soberanos: ninguno de estos lineamientos será obligatorio.

Un consenso histórico y un debate que sigue

La ordenanza fue aprobada por las 28 manos del Concejo, aunque no sin tensiones. Hubo disidencias sobre artículos laborales, sobre la edad jubilatoria de agentes municipales y sobre alcances jurídicos de la prevalencia normativa entre municipio y provincia. También se cuestionó la incorporación de algunos puntos que sectores opositores consideran ajenos al espíritu de la autonomía.

Aun así, el consenso general fue contundente: después de más de veinte años de reclamos y con la reforma constitucional santafesina finalmente vigente, Rosario inicia un camino propio. Un camino que, según sus impulsores, le permitirá decidir con más libertad, responder con mayor rapidez y proyectar un modelo de ciudad más cercano a sus necesidades reales.

Hacia 2027: un proceso constituyente que busca ser participativo

Antes de la Convención Estatuyente, el Concejo Municipal impulsará el programa Foros Ciudadanos para recopilar ideas, propuestas y preocupaciones de vecinos, universidades y organizaciones. La idea es que la Carta Orgánica -la primera en trescientos años de historia rosarina- no sea solo un texto institucional, sino un proyecto colectivo sobre cómo debe funcionar la ciudad en las próximas décadas.

En definitiva, la autonomía de Rosario no es únicamente un cambio jurídico: es la posibilidad de pensar la ciudad desde Rosario, con reglas propias, decisiones más ágiles y un nuevo equilibrio de poder entre municipio y provincia. Un punto de partida hacia un rediseño profundo de su gobernanza, que recién comienza.

TM