Después de una búsqueda que se extendió por más de dos años, Héctor “Patrón” Gallardo fue finalmente detenido en Puerto Madryn, Chubut. El hombre, considerado una figura clave en el narcotráfico de la región de Frontera, se ocultaba bajo la identidad de su hermano para evitar ser identificado por las fuerzas de seguridad.
Gallardo estaba prófugo desde septiembre de 2022, cuando fue imputado por el crimen de Miguel Ángel Cabrera, asesinado de un disparo en la cabeza el 23 de abril de ese año en Frontera. La Justicia lo acusa de homicidio calificado con arma de fuego y amenazas coactivas agravadas. Su nombre fue incluido en la nómina de los delincuentes más buscados de Santa Fe, con una recompensa oficial de 25 millones de pesos para quien aportara información sobre su paradero.
Su rol en el mapa narco de la región se había consolidado hacía más de quince años. Según la investigación, “Patrón” dirigía una red de distribución de cocaína y marihuana que articulaba kioscos de venta en barrios vulnerables de Frontera y San Francisco, además de un sistema de prestanombres diseñado para lavar dinero y sostener la estructura criminal.
El historial delictivo de Gallardo se remonta a 2013, cuando fue detenido por Gendarmería en un operativo en Salta. Años después, en 2017, recibió una condena de 14 años por organización y financiación del narcotráfico en Córdoba. Cumplió parte de esa pena en los penales de Bouwer y la Unidad Nº7 de San Francisco hasta que, en 2019, obtuvo arresto domiciliario por su edad y problemas de salud.
La imputación por el homicidio de Cabrera marcó su regreso al radar judicial. Apenas supo que sería detenido, desapareció y permaneció fuera del alcance de las fuerzas federales y provinciales hasta su captura en Chubut. Con su detención, la Justicia buscará ahora avanzar en el tramo pendiente del expediente por el crimen y en la estructura narco que aún operaba bajo su mando.