El Gobierno volvió a mover piezas en la conducción de las Fuerzas Armadas. Por decisión del presidente Javier Milei, se dispuso un recambio casi total en los puestos más altos de las tres armas, incluyendo el reemplazo del general Carlos Presti, quien dejó la jefatura del Ejército Argentino tras haber sido designado ministro de Defensa.
El anuncio llegó por la vía elegida habitualmente por el Ejecutivo: la cuenta oficial en X del jefe de Gabinete, Manuel Adorni, donde se detallaron las designaciones y se enmarcaron dentro de las atribuciones del Presidente como Comandante en Jefe. En el cierre del comunicado, Adorni volvió a utilizar la fórmula que se convirtió en sello de la gestión: “Dios bendiga a la República Argentina”.
El Presidente de la Nación, en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, ha resuelto lo siguiente:
— Manuel Adorni (@madorni) December 3, 2025
- General de División Oscar Zarich será el Jefe del Ejército
- Vicealmirante Juan Carlos Romay será el Jefe de la Armada
- Vicealmirante Marcelo Dalle Nogare…
Los nuevos mandos responderían políticamente al círculo de confianza de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, lo que refuerza la influencia del núcleo más cercano al jefe de Estado en áreas estratégicas.
El general de División Oscar Zarich asumirá al frente del Ejército en lugar de Presti, mientras que el vicealmirante Marcelo Dalle Nogare encabezará el Estado Mayor Conjunto, ocupando el cargo que hasta ahora tenía el brigadier general Xavier Julián Isaac.
A su vez, el vicealmirante Juan Carlos Romay fue designado como nuevo jefe de la Armada Argentina, en reemplazo del almirante Carlos María Allievi. La única continuidad se dio en la Fuerza Aérea Argentina, donde el brigadier mayor Gustavo Valverde fue ratificado al frente de la institución.
Todos los jefes desplazados -con excepción de Valverde- habían asumido el 10 de enero de 2024, apenas días después de haber sido nombrados el 29 de diciembre de 2023. Con este movimiento, Milei vuelve a reorganizar el esquema de conducción militar a menos de un año de haber establecido la estructura previa.
La llegada de Carlos Presti al Ministerio de Defensa marcó un hecho inédito desde el retorno de la democracia en 1983: por primera vez, un militar pasó a conducir la cartera que históricamente quedó bajo mando civil como garantía institucional tras la última dictadura. Su nombramiento implicó un giro significativo en la línea que mantuvieron todos los gobiernos constitucionales durante cuatro décadas, y reabrió el debate sobre los límites y alcances del rol castrense en la conducción política del sector.
Presti había sido designado inicialmente como jefe del Ejército Argentino, pero el presidente Javier Milei decidió convocarlo para liderar Defensa tras la salida de Luis Petri hacia la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio. Su desembarco en el gabinete fue leído hacia adentro del Gobierno como un gesto de confianza en un oficial formado dentro de la estructura castrense y, a la vez, como un mensaje político sobre la centralidad que la gestión busca otorgar a las Fuerzas Armadas en su esquema estratégico.
GZ