Javier Milei reapareció en la Cámara de Diputados con un gesto calculado: siguió desde un palco la jura de los legisladores electos y se dejó ver en la previa del recambio político. La foto no fue inocente. Acompañado por Karina Milei, Manuel Adorni y Diego Santilli, el Presidente buscó dejar en claro que la nueva composición legislativa -con La Libertad Avanza estrenando la primera minoría- es un escenario donde pretende jugar fuerte.
Minutos después, otra línea de acción empezó a tomar forma: la Casa Rosada comenzó a trabajar en la convocatoria a los jefes de bloque aliados para aceitar las negociaciones del verano y asegurar los votos necesarios para el paquete económico y normativo de 2026.
La jura legislativa se convirtió en una plataforma visual para el oficialismo. La presencia del mandatario envió un mensaje directo a la nueva Cámara Baja: la Casa Rosada quiere marcar de entrada la agenda y el clima político en el que se discutirán el Presupuesto y las reformas.
El gesto también apuntó a los bloques dialoguistas, que serán decisivos en cada votación. En un Congreso fragmentado, la foto presidencial buscó mostrar autoridad, seguimiento y atención directa sobre el Poder Legislativo.
Tras la jura comenzó a cristalizar la otra parte del operativo: una reunión reservada con los jefes de bloque aliados. La idea madura en distintos despachos y forma parte de la estrategia que coordina la secretaria general de la Presidencia, encargada de ordenar la arquitectura política de las extraordinarias.
Patricia Bullrich opera desde el Senado, Martín Menem desde Diputados y Santilli y Adorni articulan con los gobernadores del Pacto de Mayo. La consigna es evitar imprevistos numéricos y acelerar acuerdos antes del 10 de diciembre, cuando se abra el período extraordinario.
El Gobierno quiere llegar al verano legislativo con un piso sólido de apoyos. En el temario central aparecen el Presupuesto 2026, la reforma laboral que ya está en revisión final, los cambios al Código Penal, la reforma tributaria y la Ley de Glaciares. Entre el 10 y el 31 de diciembre -y con posible continuidad en febrero- el oficialismo pretende avanzar con la “segunda generación” de reformas que Milei considera cruciales.
La cumbre con los bloques aliados será la primera prueba del nuevo equilibrio legislativo tras la jura. Y la presencia del Presidente en el palco dejó claro que el Congreso será un campo de batalla que Milei no piensa mirar desde lejos.