La diputada nacional Sabrina Ajmechet (LLA) presentó un proyecto de resolución para reformar el artículo 12 del Reglamento de la Cámara de Diputados, con el objetivo de poner fin a las juras “desvirtuadas” que se multiplicaron en la última sesión preparatoria del pasado miércoles, cuando una parte de los legisladores electos improvisó consignas partidarias, menciones identitarias y guiños políticos durante la ceremonia.
La propuesta surge tras una jornada marcada por fórmulas llamativas que encendieron el debate interno sobre los límites del acto institucional. Hubo juras “por la lucha de los trabajadores”, “por los que no llegaron”, “por la libertad”, y también dedicatorias a figuras políticas y líderes territoriales.
La escena, que se repite cada dos años pero que esta vez tomó mayor volumen, reavivó la discusión sobre si estas expresiones son simbólicas o si erosionan la formalidad del procedimiento.
El texto de Ajmechet plantea una modificación estricta del artículo 12, estableciendo una prohibición explícita a cualquier agregado personal o partidario. El nuevo articulado fija: “Queda estrictamente prohibida cualquier mención, adición o referencia ajena a las fórmulas determinadas en el Artículo 10 del Reglamento”.
El proyecto también faculta al presidente de la Cámara a intervenir ante cualquier intento de alterar la fórmula tradicional: “En caso de que un diputado electo intente o manifieste la voluntad de modificar, agregar o sustituir la fórmula de respuesta establecida, el Presidente de la Cámara lo intimará a ceñirse estrictamente a las fórmulas establecidas”.
Además, establece un mecanismo de corrección: la jura deberá repetirse tantas veces como sea necesario hasta que el legislador la realice según el reglamento y, hasta entonces, su incorporación no quedará validada.
En los fundamentos, la diputada afirma que el objetivo es “esclarecer el procedimiento de jura” y evitar que el acto se convierta en un espacio de “mención político-partidista o de facción”.
Según señala: “Se propone así, reafirmar el compromiso primordial de los Diputados con los intereses superiores de la Patria y el pueblo que representan, despojando el acto de toda mención de índole político-partidista”.
Ajmechet añade que las fórmulas deben limitarse a invocaciones de valores o textos de fe, o al “compromiso cívico fundamental con la Constitución Nacional y la República”.
Sobre los legisladores que no cumplan el procedimiento, el texto plantea reglas claras: “En caso de que los Diputados prestaren juramento por fórmulas ajenas al Reglamento, el mismo se repetirá hasta que lo hagan de manera correcta. En caso de no hacerlo, no quedarán incorporados al cuerpo”.
El proyecto aparece en un clima de creciente discusión sobre el sentido del acto de jura y su utilización política. Mientras algunos bloques impulsan la diversidad de expresiones como parte de la representación democrática, otros buscan reforzar el carácter institucional del procedimiento.
La iniciativa de Ajmechet pone nuevamente sobre la mesa la tensión entre la formalidad del juramento y su dimensión simbólica, una disputa que promete volver a escena cuando la reforma se trate en comisión.
FA