El presidente del Partido Justicialista de Entre Ríos, José Cáceres, cuestionó con dureza al gobernador Rogelio Frigerio luego de que este adelantara que su gestión de 2026 estará centrada en “los aspectos macroeconómicos”. Para el dirigente peronista, esa afirmación es una señal de alerta que proyecta más demora en la recuperación del poder adquisitivo y en la situación de los empleados provinciales.
Cáceres sostuvo que el anuncio “anticipa más espera y más deterioro para las familias trabajadoras” y marcó que existe una distancia creciente entre el discurso y la gestión del mandatario. “El gobernador dice una cosa, pero hace otra. Para que a la provincia le vaya bien, hay que cambiar el modelo económico de Milei, que son las recetas del FMI”, afirmó.
El exvicegobernador también enumeró lo que considera las consecuencias más visibles de la política nacional: la caída del consumo, cierre de Pymes, recesión y paralización de la obra pública. “Todo esto no cae del cielo. Es producto del programa económico de Milei que Frigerio acompaña, como cuando le dio un diputado más para que pudieran festejar en la tribuna”, lanzó.
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Uno de los ejes más críticos para el dirigente es la situación de los trabajadores estatales. Denunció que la obra social provincial “empeoró su funcionamiento”, que los salarios están “congelados” y que la paritaria “fue pateada para febrero”. Dijo además que la burocracia para acceder a prestaciones se multiplicó y adjudicó ese panorama a “falta de gestión”.
Cáceres planteó que Entre Ríos necesita un rumbo económico alternativo: “Para que haya inversiones y empleo de calidad, hay que poner en marcha un proyecto de desarrollo productivo. No la primarización ni la apertura indiscriminada de importaciones. Hay que defender el trabajo que ya existe y que tanto costó construir”.
El dirigente también cuestionó la estrategia fiscal de la provincia. “Endeudarse cada tres meses no es un proyecto de país”, afirmó, y remarcó que el gobernador “debería trabajar para proteger a las y los entrerrianos del desastre que está causando el gobierno de Milei”.
Días antes, durante un acto de reconocimiento a la Policía de Entre Ríos, Rogelio Frigerio había asegurado que la nueva etapa de su administración -que comenzará en 2026- estará enfocada en la macroeconomía. Según explicó, su objetivo es “sostener el orden, promover inversiones y generar más empleo de calidad en la provincia”.
El gobernador afirmó que existe una “conexión directa” entre la evolución económica nacional y la mejora de la situación provincial, y sostuvo que el crecimiento del consumo y la estabilidad serán claves para el desarrollo entrerriano. También anticipó cambios en su gabinete y defendió la gestión salarial del sector público, destacando que “con mucho esfuerzo se logró sostener el poder de compra”.

Sus declaraciones, sin embargo, encontraron un fuerte rechazo en el PJ, que interpreta este enfoque como una señal de continuidad del ajuste nacional y un mensaje negativo para los trabajadores estatales, que desde hace meses reclaman una reapertura inmediata de paritarias.
Entre Ríos atraviesa un escenario económico marcado por la caída del consumo, el freno de la obra pública y un deterioro progresivo del empleo privado. Según estimaciones de cámaras empresarias regionales, las Pymes industriales y comerciales vienen registrando una baja en ventas de dos dígitos desde comienzos de año, fenómeno que se profundizó con el ajuste nacional y el encarecimiento de costos operativos. En paralelo, distintos municipios reportan un aumento en la demanda de asistencia básica, especialmente en sectores de ingresos medios y bajos.
El impacto también se siente en la infraestructura provincial. Con la obra pública nacional prácticamente paralizada, varias rutas, escuelas y proyectos sanitarios quedaron detenidos o avanzan a un ritmo mínimo. Esto afectó tanto a empresas constructoras como a trabajadores del rubro, y obligó a la Provincia a priorizar intervenciones puntuales para sostener servicios esenciales. La falta de inversión, advierten especialistas, podría agravar problemas estructurales en los próximos meses.
El mercado laboral entrerriano muestra señales de tensión. Aunque Frigerio sostiene que se logró “mantener el poder de compra” de los estatales, los gremios afirman que la inflación acumulada superó ampliamente los aumentos otorgados y que muchas familias enfrentan dificultades para cubrir gastos básicos. En el sector privado, la contracción económica generó un retroceso del empleo industrial y comercial que impactó en ciudades como Paraná, Concordia y Gualeguaychú.
A nivel fiscal, la provincia debió recurrir en varias ocasiones al endeudamiento de corto plazo para cubrir obligaciones, una estrategia que el peronismo cuestiona como insostenible. El Gobierno defiende esa vía como una herramienta transitoria mientras “se ordena el Estado”, pero la oposición advierte que incrementa la vulnerabilidad financiera y limita la capacidad de inversión futura. En este contexto, el anticipo de Frigerio sobre su foco macroeconómico en 2026 reavivó el debate interno sobre cuál debe ser el rumbo económico provincial en un escenario nacional incierto.