Christian Sancho habló a corazón abierto en una entrevista con NewsDigitales y repasó el grave episodio de salud que sufrió hace algunas semanas. Entre risas por la nota “que nunca llegaba” (porque ambos estábamos enfermos), el artista relató el momento en el que sintió que todo podía terminar en segundos.
“Me levanté mareado, transpirado, no podía caminar. El mareo era muy grande. Pensé: ‘¿De qué me enfermé?’”, recordó. Ese desconcierto lo llevó directo a un ataque de pánico: “No sabía qué me estaba pasando”. Según contó, fue su pareja, Celeste Muriega, quien tomó el control de la situación: “Dijo: ‘No hay que esperar mucho, vamos’. Si no me saca de casa, me muero ahí”.
En el hospital le hicieron estudios urgentes. “Me dijeron: ‘Flaco, no tenés nada’”, relató. Recién más tarde apareció la verdadera causa: “Tenía una contractura muy grande en la cervical. Eso me generó los mareos, los vómitos, todo”. El estrés acumulado había explotado. Sancho admitió que vivía en piloto automático: madrugadas, jornadas eternas, comida a deshoras, poco descanso. “No tengo 20 años, tengo 50. La cabeza va a una velocidad y el cuerpo a otra”, reflexionó con humor. Recién ahí entendió que tenía que frenar: “Ahora priorizo mucho mi salud. Vine meses sin respetarme”.
El susto no fue menor. El conductor reveló un pensamiento que nunca antes había contado: “Me empezó a dar sueño y pensé: capaz que es ahora cuando uno se va. Cerraba los ojos y decía: ‘Ojalá, si esto es la muerte, que sea así’”. Incluso llegó a despedirse con la mirada de Celeste antes de que ella saliera a hacer unos papeles.
En una mezcla de tragedia y timing televisivo, el episodio coincidió con el debut de su nuevo programa. “Muchos pensaron que era verso para el primer programa”, dijo entre risas. “Ojalá hubiese sido verso, la pasé recontra mal”. Christian conduce el ciclo Estás a Tiempo, el flamante streaming de la Televisión Pública, junto a Muriega y Chucky Servi: “Quería conocer el mundo del streaming. Es otro formato, más desestructurado”. Y le fue tan bien que terminaron nominados al Martín Fierro: “No lo podía creer”.