Libertarios votaron con La Cámpora en Hurlingham y estalló la interna

El escándalo del “siestagate” todavía ardía cuando otro episodio inesperado sacudió al mundo libertario: en Hurlingham, los concejales de La Libertad Avanza votaron junto a La Cámpora el nuevo Código Urbano que habilita torres y modificaciones exprés antes del recambio legislativo. El oficialismo local necesitaba apurar la aprobación antes de perder poder en el Concejo Deliberante, y encontró en los libertarios un socio inesperado.

El argumento sorprendió incluso a la militancia: el bloque libertario defendió su voto asegurando que el Código representaba un “RIGI municipal”. Pero el movimiento desató un estallido interno. Mientras en redes los seguidores denunciaban una “traición a la lucha contra la casta”, los dirigentes nacionales negaban cualquier acuerdo y pedían explicaciones. “No sabemos quién es ese chico. Que saque nuestras iniciales de sus redes”, afirmaron desde Las Fuerzas del Cielo, el espacio de Santiago Caputo.

El titular del bloque libertario local, Sebastián Palacio, celebró el pacto con La Cámpora como un acto de “madurez política”. Pero el festejo duró poco: referentes libertarios de alto perfil lo cruzaron en público, acusándolo de actuar por cuenta propia y de dañar el liderazgo de Sebastián Pareja, ya golpeado por el error legislativo de Vera en la Legislatura bonaerense.

En paralelo, el expediente urbanístico abrió un debate que trasciende lo partidario. La oposición denunció que el nuevo Código Urbano habilita un boom inmobiliario sin control en un municipio que ya arrastra problemas de tránsito, servicios saturados y falta de espacio público. Para muchos, se trata de una reforma hecha a medida antes de perder la mayoría.

Entre los pocos que votaron en contra estuvo el concejal Lucas Delfino, excandidato a intendente de Juntos por el Cambio, quien calificó la maniobra como “un papelón” y aseguró que el objetivo real es “hacer caja”. Su intervención lo convirtió en la única voz discordante en una sesión que dejó fracturas expuestas y un interrogante abierto: ¿quién conduce realmente al libertarismo en Hurlingham?