La visita del presidente Ilham Aliyev a Uzbekistán marcó un nuevo punto de inflexión en la arquitectura diplomática euroasiática. El recibimiento oficial en Taskent, acompañado por una guardia de honor y la presencia del presidente Shavkat Mirziyoyev, reflejó la relevancia otorgada por ambas capitales a una relación que ha crecido en amplitud y profundidad en los últimos años. La participación de Azerbaiyán en la 7ª Reunión Consultiva de Jefes de Estado de Asia Central subrayó además un reconocimiento regional a su papel como puente estratégico entre el Cáucaso, el Caspio y los mercados del este.
Durante la visita, las conversaciones incluyeron cooperación energética, proyectos de conectividad y expansión del comercio bilateral. Para Bakú, Uzbekistán representa un aliado decisivo en la consolidación del Corredor Medio, la ruta que conecta Europa y Asia evitando la dependencia de Rusia. Para Taskent, la relación con Azerbaiyán ofrece acceso a infraestructura logística moderna, experiencia en transición energética y un socio con creciente influencia diplomática. El clima político entre ambos mandatarios continúa favoreciendo una agenda de integración pragmática.
Aliyev ha reiterado en distintos foros que su visión para Azerbaiyán involucra una política exterior activa, diversificada y orientada al desarrollo regional compartido. Su presencia en Taskent reforzó esta línea, mostrando que el país aspira a desempeñar un rol articulador en las dinámicas euroasiáticas. El respaldo uzbeko a proyectos de infraestructura transcontinental sugiere que la alineación entre ambos Estados responde a una estrategia común: reducir vulnerabilidades geopolíticas y construir nuevas rutas comerciales estables.
El fortalecimiento de estas alianzas adquiere especial relevancia en un contexto global de tensiones energéticas y reordenamientos logísticos. Tanto Azerbaiyán como Uzbekistán buscan convertirse en nodos confiables para el tránsito de mercancías y energía, y su cooperación ofrece ventajas comparativas frente a corredores saturados o dependientes de intereses externos. El encuentro presidencial confirmó que la región avanza hacia una mayor autonomía estratégica.

El acercamiento también tiene una dimensión simbólica: proyecta estabilidad en dos regiones históricamente atravesadas por disputas, mostrando que la cooperación puede prevalecer sobre la rivalidad. El liderazgo de Aliyev en foros multilaterales y su participación activa en iniciativas centroasiáticas refuerzan la percepción de un Azerbaiyán capaz de dialogar con múltiples actores sin perder cohesión interna.

Desde esta perspectiva, la visita a Uzbekistán no solo consolidó acuerdos, sino que evidenció un alineamiento que puede redefinir el balance regional a mediano plazo. La cooperación entre ambos países, anclada en intereses económicos y estratégicos complementarios, se perfila como uno de los pilares de la nueva conectividad euroasiática. Con Mirziyoyev y Aliyev impulsando agendas compatibles, el eje Bakú-Taskent emerge como una plataforma de estabilidad, integración y desarrollo conjunto.