El presidente Javier Milei encabezó este sábado en Río Cuarto la presentación oficial de los aviones caza F-16, adquiridos a Dinamarca, en lo que el Gobierno define como el mayor salto tecnológico de la Fuerza Aérea en décadas. El acto, acompañado por una fuerte puesta política, buscó instalar la idea de un quiebre con el rumbo militar heredado.
Ante uniformados, funcionarios y diplomáticos, Milei sostuvo que la llegada de los F-16 “marca un hito para la defensa nacional” y simboliza la inserción de la Argentina “en el mundo moderno”. En esa línea, afirmó que el país “vuelve a tener un sistema de defensa serio”, luego de “décadas de atraso tecnológico” atribuido al kirchnerismo.
El mandatario remarcó además el vínculo estratégico con Dinamarca y Estados Unidos, países involucrados en la transferencia. Agradeció la coordinación técnica que permitió concretar la operación y la definió como “una señal política de compromiso con las democracias del mundo libre”, mensaje alineado con su doctrina internacional.
Tras la ceremonia, Milei coronó el acto con un gesto mediático: subió a uno de los cazas y recorrió la cabina acompañado por Karina Milei, el exministro de Defensa Luis Petri -impulsor original de la negociación- y el actual titular de la cartera, Carlos Presti. La escena fue celebrada por la comitiva como parte de la narrativa de modernización acelerada de la defensa.
Con los primeros F-16 ya en el país, el Ministerio de Defensa avanza en el cronograma de incorporación total y en la adaptación de pilotos y técnicos. Para Milei, el proceso representa una “recuperación del orgullo nacional” y el inicio de una etapa en la que la Argentina busca reposicionarse como un actor militar con estándares internacionales y capacidades operativas de mayor exigencia.