La hija de Esther Ballestrino -fundadora de Madres de Plaza de Mayo y víctima de la última dictadura militar- advirtió sobre lo que definió como “una época absolutamente de negacionismo” en relación con los crímenes de lesa humanidad, al cumplirse un nuevo aniversario de los secuestros de las Doce de la Santa Cruz. Señaló que ese clima social se combina con la crisis económica y política que atraviesa el país, y remarcó: “Nosotros tenemos la democracia que nos dejó el genocidio”.
Careaga recordó que este 8 de diciembre se cumplen 48 años del operativo que, entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, derivó en el secuestro de 12 personas, entre ellas tres Madres de Plaza de Mayo, dos religiosas francesas y un grupo de familiares. También evocó los 20 años de la identificación de los restos de las Madres y una de las religiosas, un hito que permitió reconstruir parte del circuito represivo y confirmar prácticas como los llamados “vuelos de la muerte”.
La activista sostuvo que el negacionismo actual “no sólo minimiza los crímenes de la dictadura, sino que llega a reivindicar el terrorismo de Estado”. Recordó que durante ese período se secuestraba y torturaba personas en centros clandestinos, incluso a mujeres embarazadas que eran mantenidas con vida hasta parir para luego entregar a sus bebés a familias militares, antes de asesinarlas.
Relató que en 1979 llegó a escuchar testimonios de sobrevivientes de la ESMA que describían los traslados y los arrojamientos al mar. “No lo podía creer”, admitió. Pero la posterior recuperación e identificación de restos, y la constatación de certificados de defunción que señalaban muertes por “caída de gran altura”, terminaron por confirmar el horror. Esas pruebas permitieron condenar a los pilotos del vuelo del 14 de diciembre de 1977, desde el cual fueron arrojados los doce secuestrados de la Santa Cruz, y posibilitaron la restitución del avión en 2023, hoy exhibido en el museo de la memoria en la ex-ESMA.
Careaga explicó que el negacionismo también se alimenta de una democracia que “no alcanzó” a realizar las transformaciones necesarias tras la dictadura. Aseguró que las consecuencias del terrorismo de Estado no se limitan a las desapariciones y los exilios, sino que implicaron “una modificación absoluta de la estructura económica del país”, cuyas huellas aún condicionan la vida cotidiana.
Señaló que, pese a los avances de las últimas décadas, Argentina no logró construir “una sociedad más justa, más inclusiva y más vivible”, y lamentó que en el presente “la democracia esté privando de derechos humanos básicos a su población más vulnerable”. En ese marco, calificó al actual Gobierno como “antiderechos y antihumanidad”.
Consultada sobre el rol de las Fuerzas Armadas, Careaga expresó que en cuatro décadas de vida democrática no se logró modificar completamente su formación para que entiendan que su misión es proteger a la ciudadanía y no “librar una guerra contra el pueblo”.
Con una mirada que enlaza pasado y presente, concluyó que el compromiso de “nunca más al terrorismo de Estado” debe estar acompañado por un igualmente firme “nunca más al neoliberalismo”, como condición para impulsar las reformas estructurales que -según afirmó- aún están pendientes.
GZ