La diputada libertaria Lilia Lemoine encendió la escena política al reivindicar el “bullying” dentro del Congreso. Con un mensaje que generó rechazo inmediato en la oposición, sostuvo que, tras los cruces de las últimas sesiones, “ahora los kukas van a saber lo que es el bullying”, una frase dirigida sin rodeos al kirchnerismo.
Según su propio relato, la reacción se produjo luego de que un diputado de Fuerza Patria intentara provocarla durante un intercambio parlamentario. Lejos de retroceder, aseguró que lo tomó como una invitación a “devolverles con la misma moneda”, convencida de que sus adversarios “se van a tener que bancar lo mismo que hacen ellos”.
El episodio se suma a una cadena de tensiones que la legisladora protagoniza desde el inicio de su mandato, consolidándose como una de las figuras más confrontativas del oficialismo. En su mensaje celebró haber “marcado territorio” en el recinto y dejó en claro que piensa profundizar ese estilo directo y provocador.
Las reacciones no tardaron. Desde el kirchnerismo denunciaron un clima de hostigamiento creciente, mientras en La Libertad Avanza hubo respaldos explícitos al tono desafiante de Lemoine, interpretado como una forma de exponer la tensión política que atraviesa al Parlamento. Para la diputada, su postura responde a un principio simple: “Tratar como me tratan”.
En un Congreso ya saturado de choques verbales, gestos desafiantes y acusaciones cruzadas, las palabras de Lemoine vuelven a poner sobre la mesa el debate sobre los límites del comportamiento legislativo y el modo en que cada fuerza decide librar su batalla discursiva.
GZ