17/12/2025 - Edición Nº1044

Sociedad


Hito fundacional

Universidad Nacional de La Plata: qué se conmemora cada 7 de diciembre

07/12/2025 |



Cada 7 de diciembre, La Plata recuerda uno de los hitos fundacionales de su identidad cultural y académica: la creación de la Universidad Nacional de La Plata, formalizada en esa fecha de 1904, cuando el proyecto comenzó a tomar forma institucional antes de su nacionalización definitiva en 1905. La ciudad, joven todavía en aquel momento, ya buscaba posicionarse como un centro de saber y modernidad en una Argentina que apostaba a la educación pública como motor de progreso.

Origen

La iniciativa nació bajo el impulso de figuras como Joaquín V. González, que imaginó una universidad integral, capaz de articular ciencia, formación profesional y extensión hacia la comunidad. En esos primeros años se organizaron las estructuras básicas, se integraron las instituciones científicas existentes, como el Observatorio Astronómico y el Museo de Ciencias  y se delineó una hoja de ruta que marcó a varias generaciones.

La fecha recuerda no solo el acto administrativo, sino el comienzo real de una obra que transformó a la región. La universidad se consolidó rápidamente como un espacio de pensamiento crítico, investigación independiente y producción cultural. Sus facultades atrajeron estudiantes de todo el país, y sus investigadores colocaron a la institución en el mapa académico internacional.

Mejoras que apuntaron al prestigio

Con el paso del tiempo, la UNLP amplió su entramado de facultades, institutos y laboratorios. Su crecimiento acompañó los cambios sociales y tecnológicos del país, defendiendo siempre el carácter público, gratuito y abierto de la educación superior. La comunidad platense adoptó a la universidad como parte de su identidad: campus, bibliotecas, museos y espacios verdes se volvieron territorio cotidiano de miles de habitantes.

La UNLP, hoy una de las universidades más prestigiosas de la región, sigue demostrando que las instituciones construidas sobre ciencia, debate y acceso universal no envejecen: se reinventan. Y en esa reinvención está su verdadero legado.