El Gobierno llega al final de 2025 con un escenario político más sólido de lo previsto. Según un relevamiento nacional de Opina Argentina, Javier Milei culmina el año con un 50% de imagen positiva y un 49% de negativa, su mejor registro desde agosto. El repunte coincide con un aumento en la percepción de “mejora económica”, que pasó del 22% al 29% entre noviembre y diciembre.
El estudio -basado en 1.800 casos relevados en todas las regiones del país- evidencia una marcada brecha de género en la valoración del Presidente. Entre los varones, el 59% tiene una opinión favorable, mientras que entre las mujeres la positiva cae al 42%, una diferencia de 17 puntos que se mantiene como una constante desde el inicio de la gestión.
La senadora Patricia Bullrich acompaña el clima de recuperación. Su imagen positiva alcanza el 48%, dos puntos más que en noviembre, con un nivel de conocimiento que roza el 97%, uno de los más altos del escenario político. La tendencia también alcanza al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, quien suma 44% de imagen positiva y reduce, aunque levemente, la desconfianza económica: la percepción de que “el rumbo es el correcto” pasó del 18% al 23% en apenas un mes.
En la vereda opositora, Axel Kicillof se sostiene como la principal referencia. Su imagen positiva llega al 45%, mientras que su negativa retrocede tres puntos. Entre los bonaerenses, un 55% afirma que respaldaría una eventual reelección; fuera de la provincia, ese apoyo cae al 38%, aunque sigue siendo el indicador más alto del sector.
Otros dirigentes muestran desempeños más débiles. Cristina Fernández de Kirchner conserva un 36% de imagen positiva frente a un 63% de negativa, y Sergio Massa registra 34% de positiva y 64% de negativa. Ambos mantienen niveles de rechazo superiores al 60% desde mediados de 2024.
El balance sobre la situación general del país continúa atravesado por la polarización. Para el 51% de los encuestados, Argentina está “peor” que hace un año; un 39% considera que “mejoró”, y un 10% cree que se mantiene igual. Sin embargo, las expectativas hacia adelante resultan más optimistas: el 47% imagina un 2026 “más favorable”, contra un 44% que anticipa un retroceso.
La grieta se expresa con precisión: un 41% se define oficialista, un 40% opositor y un 19% se identifica como independiente. Este último segmento creció cuatro puntos desde julio y es observado por los analistas como el espacio de mayor volatilidad e influencia para el escenario electoral que se viene.
GZ