Juan Manuel De Vita tenía apenas 19 años y estaba a meses de convertirse en padre por primera vez. Su vida daba un giro que él esperaba con entusiasmo: según su familia, “ya se estaba preparando para todo”. No tenía empleo formal y sostenía sus días con trabajos de albañilería y pintura, mientras proyectaba un futuro con su novia, que cursa un embarazo de cuatro meses. “Esa chica no tiene consuelo, está mal como nosotros”, contó Sabrina, prima de Juan Manuel y esposa del hombre que horas antes había sido atropellado por el mismo policía que terminó disparándole.
La historia que terminó con su muerte empezó mucho antes del balazo. José Luis Zárate, primo de Juan Manuel, había salido a comprar galletitas para su hijo de tres años. “Siempre anda con mi hijo en la moto, los dos son locos de la moto. En otro momento le habría dicho a mi nene para ir juntos”, relató Sabrina. Pero ese día, por obra del azar, el niño no estaba. “Con el golpe que tiene mi marido, mi hijo no hubiera sobrevivido. Doy gracias a Dios de que está bien. Tuvo un Dios aparte”, sostuvo.
Ella misma fue quien salió a la vereda con el mate esperando el regreso de su esposo, hasta que un vecino le avisó lo ocurrido. Corrió hasta la esquina y lo encontró tirado en el piso. “El policía lo chocó y se fue, hizo abandono de persona”, denunció. José Luis, de 39 años, permanece en estado crítico. “Hace unas horas tuvo una baja brusca de presión y lo trasladaron de urgencia al Posadas, lo van a operar. Está peleando por su vida”, señaló su mujer.
Para la familia, la muerte de Juan Manuel llegó con una segunda herida: enterarse de que el policía acusado habría intentado justificar el ataque. “Lo que sabemos es que la quiere dibujar, que dice que le quisieron robar”, afirmó Sabrina.

Juan Manuel intervino cuando vio que el policía regresaba a la comisaría con el auto involucrado en el choque. Lo reconoció, avanzó hacia él y, en medio del tumulto, llegó a patear su vehículo. La discusión derivó en una corrida. En la esquina de Chile y Grito de Alcorta, el oficial sacó su arma y disparó dos veces. Un tiro lo mató en el acto.
La fiscal Valeria Courtade, de la UFI N° 3 de Morón, imputó al oficial por lesiones culposas y homicidio agravado por el uso de arma de fuego. “Queremos que el asesino pague lo que tenga que pagar”, reclamó Sabrina.