08/12/2025 - Edición Nº1035

Política

Radicalismo en crisis

Gustavo Valdés, Provincias Unidas y el dilema radical ante el mileísmo

08/12/2025 | El partido llega a la elección de autoridades con su estructura nacional partida y sin un rumbo claro frente al avance libertario. Gobernadores, legisladores y operadores históricos buscan un equilibrio en un escenario sin mayorías propias.



La Unión Cívica Radical (UCR) atraviesa su momento más frágil en años: sin conducción clara, con gobernadores divididos y con una identidad política difusa frente al avance del mileísmo. El 12 de diciembre, 106 delegados deberán elegir nuevas autoridades en una mesa donde conviven tensiones, sospechas y una disputa estratégica por el futuro del partido.

El quiebre interno se profundizó tras las elecciones nacionales. Mientras los mandatarios Alfredo Cornejo en Mendoza y Leandro Zdero en Chaco sellaron acuerdos exitosos con La Libertad Avanza, otros como Carlos Sadir, Maximiliano Pullaro y Gustavo Valdés apostaron por Provincias Unidas, con resultados desparejos. La fragmentación se trasladó al Congreso: Martín Lousteau se integró a PU, el bloque radical quedó reducido a seis diputados bajo el mando de Pamela Verasay, y otros tres excorreligionarios se pasaron directamente al oficialismo, bautizados irónicamente como “radicales con peluca”.

En paralelo, el partido quedó partido en movimientos individuales que profundizaron la crisis de identidad. Karina Banfi quedó en un monobloque, mientras los once senadores radicales decidieron preservar su único bastión y mantenerse unidos. Pero la verdadera pulseada ocurre entre gobernadores, legisladores y operadores históricos como Emiliano Yacobitti, Enrique Nosiglia, Daniel Angelici, Maximiliano Abad y Gerardo Morales, que negocian qué representa hoy la UCR y qué tipo de oposición pretende ejercer.

En ese mapa de facciones, crece un consenso alrededor del gobernador correntino Gustavo Valdés, la figura mejor posicionada para sintetizar intereses en pugna. Aunque insiste en que no busca presidir el partido, dejó señales ambiguas que varios interpretan como disponibilidad si la presión interna se vuelve irresistible. Su fortaleza es evidente: revalidó su hegemonía al imponer a su hermano como sucesor y fue el único líder de PU que derrotó al mileísmo en su territorio.

La hipótesis Valdés convive con las tensiones del radicalismo más cercano al oficialismo. Alfredo Cornejo enfrenta un cálculo difícil: su adversario interno histórico, Luis Petri, aliado pleno de Milei y con ambiciones para 2027, emerge fortalecido. Sin reelección y con poder menguante, Cornejo evalúa cuánto conviene acercarse al gobierno. Mientras tanto, un sector mayoritario de la UCR cree que el único camino es consolidar Provincias Unidas como alternativa no peronista al oficialismo. La votación del viernes será, más que una elección partidaria, un examen de supervivencia para un radicalismo que ya no es el que fue y que todavía no sabe qué quiere ser.