El comercio minorista tuvo en noviembre uno de sus peores meses del año.
Según el Índice de Ventas Minoristas (IVM) elaborado por CAME, las ventas a precios constantes descendieron 4,1% interanual, mientras que en la comparación contra octubre -serie desestacionalizada- registraron un fuerte retroceso del 9,1%, el más profundo en varios meses.
Aun así, en el acumulado de enero a noviembre, el sector sostiene un avance del 3,4% interanual, gracias al rebote de la primera mitad del año.
La debilidad de la demanda fue generalizada: seis de los siete rubros relevados terminaron noviembre con caídas, en un contexto donde el consumidor volvió a priorizar compras esenciales, recortar gastos discrecionales y ajustarse a los límites del crédito. El único segmento que mostró crecimiento fue Farmacia, con una mejora del 1,8% anual.

Si bien un 54,2% de los comercios indicó que su situación está “estable” frente al año pasado, el 37% reportó un empeoramiento, cuatro puntos más que en octubre, lo que revierte parte del clima de alivio que había aparecido tras las elecciones legislativas.
De cara al próximo año, las expectativas conservan un sesgo moderadamente optimista: el 48,6% espera una mejora, el 43,7% prevé estabilidad y solo el 7,7% proyecta un empeoramiento.
El clima inversor sigue frío: seis de cada diez comercios consideran que no es un buen momento para realizar desembolsos de capital.
Alimentos y bebidas: caída de 5,9% anual
El rubro volvió a sentir el impacto directo de la pérdida de poder adquisitivo y la presión de la inflación en la canasta básica. Los consumidores se concentraron en productos de primera necesidad y segundas marcas.
Los comerciantes alertaron por márgenes comprimidos, aumento de costos fijos y la creciente incidencia de las plataformas de delivery en la estructura de precios. El mes se vivió como un período de transición, con expectativas puestas en las Fiestas.
Bazar, decoración y muebles: retroceso de 9,7%
Uno de los rubros más afectados del mes. La falta de financiamiento, el encarecimiento del crédito y los límites reducidos de las tarjetas frenaron operaciones de ticket alto.
Las tiendas registraron alto tráfico de consultas, pero pocas ventas efectivas. Las estrategias se concentraron en liquidaciones y ofertas anticipadas para mejorar la liquidez. Diciembre aparece como la única ventana clara para un repunte.
Calzado y marroquinería: baja moderada del 1,7%
Aunque el rubro se benefició parcialmente del comercio electrónico y la estacionalidad, la demanda sigue dependiendo de las cuotas disponibles y de la comparación de precios con el exterior.
Se suma una fuerte competencia de productos importados y canales online, lo que empuja a los comercios a ajustar márgenes y reforzar la venta digital.
Farmacia: el único rubro que creció (1,8%)
El aumento en cuadros alérgicos y enfermedades estacionales impulsó la venta de medicamentos. Sin embargo, el consumidor recortó artículos de cosmética y perfumería.
Las farmacias enfrentaron problemas de financiamiento derivados de los extensos plazos de cobro de obras sociales, y dificultades para reponer stock por la dispersión de precios.
Ferretería y materiales para la construcción: caída del 3,2%
Hubo algo más de movimiento tras la baja de la incertidumbre electoral, pero la falta de crédito y la merma de ingresos frenó obras de mayor escala. La dinámica del mes fue de “muchas consultas, pocas ventas”.
También se registraron faltantes puntuales en materiales eléctricos.
Perfumería: el derrumbe más fuerte, con -17%
El rubro que más sufrió en noviembre. La aceleración inflacionaria golpeó de lleno los precios del sector y se sumó la estacionalidad negativa respecto a octubre, que había tenido un pico por el Día de la Madre.
Los comercios remarcaron incertidumbre regulatoria y asimetrías competitivas por mayor ingreso de importados sin controles claros.
Textil e indumentaria: baja del 4,3%
Con ingresos reales deteriorados, los consumidores postergaron la renovación del guardarropa y buscaron precios bajos. La falta de cuotas sin interés limitó las compras de temporada.
Los comerciantes apuntaron a la competencia informal y transfronteriza, que presiona a la baja los precios en un contexto de costos crecientes.
Noviembre dejó un panorama complejo para el comercio PyME: ventas en caída, financiamiento restringido y un consumidor cauteloso. Si bien diciembre suele traer alivio estacional, el sector llega con márgenes ajustados y expectativas moderadas. La recuperación dependerá de la recomposición del poder adquisitivo y de una mayor disponibilidad de crédito que permita sostener el consumo en 2026.