El gobierno de Donald Trump oficializó recientemente un giro estratégico de alto impacto global: la publicación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, un documento que reemplaza lineamientos vigentes durante décadas y coloca la “dominancia energética” en el centro de la política exterior del país.
El texto, firmado por el propio presidente, consolida el concepto de America First como doctrina estatal y establece que la prioridad será garantizar que Estados Unidos mantenga su posición como “la nación más poderosa y rica de la historia”.
El documento rechaza la agenda climática que había ganado peso en gestiones anteriores, cuestiona las políticas de “Cero Neto” y propone una recuperación integral del poderío petrolero, gasífero y nuclear estadounidense.
El nuevo enfoque también redefine el rol de América Latina. La estrategia resucita la Doctrina Monroe bajo un “Corolario Trump” que busca limitar la influencia de potencias extranjeras -con China en el centro- sobre los activos estratégicos del hemisferio.
Esta visión habilita mecanismos de financiamiento, cooperación e intervención para asegurar el control occidental sobre recursos energéticos y minerales críticos.
En este marco, la administración Trump identifica al desarrollo energético de países aliados como una pieza clave para robustecer la cadena de suministro global. Para Argentina, esto implica que Vaca Muerta podría pasar a ser considerada un activo de seguridad hemisférica más que un proyecto meramente económico.
El documento traza tres líneas operativas:
Mientras tanto, en el plano local, tres compañías internacionales ingresarán al negocio de Vaca Muerta a través de Pluspetrol. Una de esas empresas mantiene vínculos directos con Harold Hamm, referente del shale oil en Estados Unidos y figura influyente en la política energética republicana.

Harold Hamm es uno de los empresarios petroleros más reconocidos de Estados Unidos. Fundador de Continental Resources, fue protagonista del auge del shale en la cuenca de Bakken y es considerado uno de los pioneros de la fractura hidráulica moderna. Su trayectoria empresarial lo convirtió en una voz de peso dentro del Partido Republicano.
Hamm mantiene desde hace años una relación cercana con Donald Trump. Fue asesor económico durante la campaña presidencial de 2016 y formó parte del círculo que delineó la política energética de aquel mandato, centrada en expandir la producción doméstica y reducir regulaciones ambientales.
Su presencia -directa o indirecta- en proyectos vinculados a Vaca Muerta constituye una señal sobre la profundidad del alineamiento posible entre la estrategia energética del trumpismo y el desarrollo no convencional en Argentina.
FA