“Vació sus cuentas”: las duras revelaciones del pedido de juicio para el exnovio de Lowrdez

La fiscalía que interviene en el ataque que sufrió la cantante de Bandana, Lowrdez Fernández, pidió que su expareja, Esteban García Gómez, sea juzgada por una serie de hechos ocurridos en el marco de una relación signada por “un sostenido contexto de violencia de género de larga data”.    

El requerimiento de elevación a juicio fue presentado por la fiscal Silvana Russi, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº43. Según la acusación, el primer incidente ocurrió el 19 de enero cuando, tras revisar el teléfono de la víctima por celos, García Gómez “la tomó de su cabello arrastrándola unos metros” y le causó lesiones en el rostro, el brazo y el cuello. En ese momento le gritó “sos una gorda p...”, expresión que la dejó en crisis nerviosa hasta que personal policial y médicos constataron las marcas del ataque.  

Russi también le imputó un episodio ocurrido entre el 1 y 2 de octubre, cuando la discusión en el departamento del imputado derivó en golpes de puño y patadas. La víctima cayó al piso y, según el fallo, el acusado continuó golpeándola mientras la vecina escuchaba los pedidos de ayuda. Al abrir la puerta, él intentó tranquilizar a la mujer diciéndole: “Tranquila, ya la calmo”. 

Esa misma tarde la dejó encerrada sin llaves ni cargador, por lo que Fernández recién pudo salir al día siguiente cuando obtuvo otro juego de llaves.

Un tercer tramo refiere a lo ocurrido entre el 17 y el 23 de octubre, cuando la víctima volvió al domicilio del acusado pese a haber buscado resguardo días antes en la casa de una amiga. Su madre denunció la desaparición y señaló que, durante una comunicación por el Día de la Madre, su hija habló con un tono “débil y entrecortado”. La acusación señala que al arribar la policía, García Gómez “se negó a colaborar” y luego permitió solo un acceso parcial al departamento, mientras Lourdes permanecía oculta.

El 23 de octubre fue encontrada “sentada en la cama matrimonial con signos de somnolencia y visible estado de vulnerabilidad”. Cuando los agentes abrieron el placard, ella pidió que no lo hicieran porque allí “se encontraba su pareja”. El imputado estaba escondido adentro y fue detenido tras reaccionar de forma hostil.

Las amenazas a las amigas de la víctima

El dictamen también incorpora amenazas contra el entorno de la víctima. A una testigo le envió mensajes como “gorda te voy a volar la cabeza” y “voy a volarle la cabeza a todos tus sobrinos”, además de una fotografía de una vivienda familiar. Cuando la mujer denunció la situación, él le respondió: “Te la podés meter en el culo” 

Otra amiga recibió advertencias en las que el acusado afirmó: “Yo me voy a meter con tu pareja, a ver si te gusta” y, más adelante, “Lou está en mi casa no seas hipócrita. No me jodas porque yo voy a hacer lo mismo con tu pareja”. 

Los informes profesionales incluidos en la pieza fueron determinantes. La Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema concluyó que existían indicios “de una percepción subjetiva de riesgo deficitaria, coligada a la naturalización de la violencia”, y definió la situación como un caso de “entrampamiento vincular” con riesgo alto para la víctima 

El equipo de la Línea 137 observó que Lowrdez justificó conductas violentas y expresó que su “única familia es él”, lo que para las especialistas evidenció un proceso de victimización persistente.

La fiscal sostuvo que todos los hechos están respaldados por testimonios, informes médicos y material secuestrado en el allanamiento en el que la víctima fue encontrada. Por ello, requirió la clausura de la instrucción y la elevación del caso a debate oral.