17/12/2025 - Edición Nº1044

Internacionales

Bloque tensionado

Uribismo en contienda: las 3 mujeres que desafían a Gustavo Petro rumbo a 2026

09/12/2025 | María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín compiten por unificar al uribismo mientras De la Espriella redefine el mapa opositor rumbo a 2026.



El uribismo entra en la recta hacia 2026 con un escenario inédito: tres mujeres disputan la candidatura para intentar devolverle el poder a la derecha, mientras un outsider de perfil duro gana terreno por fuera de la estructura partidaria. La competencia entre María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín abre una pugna interna que combina renovación simbólica, continuidad ideológica y dudas estratégicas sobre cómo reconstruir fuerza electoral después del desgaste acumulado frente al gobierno de Gustavo Petro. Cada aspirante intenta diferenciarse dentro del mismo marco doctrinario sin romper la cohesión del partido.

El surgimiento simultáneo de Abelardo de la Espriella como figura externa altera ese delicado equilibrio y proyecta tensiones que trascienden lo electoral. Aunque las senadoras buscan consolidar una alternativa competitiva desde la institucionalidad, el outsider aparece como una opción de mayor tracción inmediata entre votantes descontentos. El dilema del Centro Democrático es claro: sostener su liderazgo interno o adaptarse a una reconfiguración del campo opositor donde la disciplina partidaria pesa menos que la capacidad de movilización emocional.

Colombia 


Colombia, oficialmente la República de Colombia, es un país ubicado principalmente en América del Sur con regiones insulares en América del Norte

Renovación interna y presión externa

Las precandidatas del uribismo se enfrentan a un desafío estructural: su visibilidad es alta, pero su intención de voto permanece baja frente a opciones emergentes. Para el partido, esta paradoja obliga a redefinir la narrativa que tradicionalmente articuló el liderazgo de Álvaro Uribe. Las tres senadoras reivindican la seguridad, el orden institucional y la defensa del libre mercado, pero intentan hacerlo desde registros distintos que buscan atraer nuevos segmentos del electorado. Esta diversidad interna, aunque limitada en matices ideológicos, revela el esfuerzo por modernizar la oferta sin fracturar la identidad partidaria.

La irrupción de De la Espriella presiona ese proceso desde afuera. Con un discurso más agresivo, un posicionamiento mediático sostenido y una intención de voto que supera ampliamente a las precandidatas, su figura desafía el monopolio histórico del Centro Democrático sobre la derecha colombiana. La posibilidad de que avance sin integración formal al partido activa temores de fragmentación y erosiona la capacidad del uribismo para presentarse como bloque unificado. En lugar de fortalecer la disputa interna, su presencia tensiona el dilema entre pragmatismo electoral y defensa de la institucionalidad partidaria.

Efectos en la estrategia opositora

Si el partido insiste en una candidatura propia sin ampliar su coalición, corre el riesgo de entrar debilitado a la contienda. El electorado que alguna vez vio al uribismo como la opción dominante luce hoy más disperso, y la emergencia de liderazgos alternativos obliga a reconsiderar las prioridades tácticas. La decisión entre competir en solitario o buscar un acuerdo amplio determinará si la derecha llega fragmentada o articulada a marzo de 2026. Este escenario define no solo la capacidad de influir en la agenda pública, sino también el grado de cohesión con el que enfrentarán al oficialismo.

A mediano plazo, la disputa entre candidatas internas y un outsider competitivo plantea una pregunta mayor sobre la evolución de la derecha colombiana. El predominio del uribismo durante dos décadas enfrenta su momento más incierto, pues debe resolver simultáneamente su sucesión interna y su relación con nuevas corrientes que reclaman protagonismo. El resultado de este proceso delineará el futuro del bloque opositor y mostrará si la derecha es capaz de integrar pluralidad sin diluir su peso político, o si ingresará a un ciclo prolongado de fragmentación y pérdida de influencia.