17/12/2025 - Edición Nº1044

Internacionales

Intervención global

Kenia desembarca en Haití con 230 policías: cómo será la guerra contra las megabandas

09/12/2025 | El despliegue inaugura la expansión de la misión internacional y busca contener a las megabandas que dominan Puerto Príncipe.



La llegada de 230 policías kenianos a Haití abrió un capítulo decisivo para la misión internacional encargada de enfrentar la violencia extrema que domina el país. El despliegue se produjo tras la ampliación del mandato aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, que transformó la operación en una Gang Suppression Force con capacidad proyectada para alcanzar 5.500 efectivos. Este refuerzo pretende ofrecer una respuesta más contundente al deterioro del orden público en un territorio donde las bandas armadas controlan amplias zonas de Puerto Príncipe y del centro del país.

La situación humanitaria continúa agravándose. Con más de un millón de desplazados y episodios sistemáticos de asesinatos, violaciones, incendios y extorsiones, la violencia se ha convertido en la dinámica dominante de la vida cotidiana haitiana. Para Nairobi, asumir el liderazgo del contingente internacional responde tanto a razones diplomáticas como a la urgencia de estabilizar un escenario cuya descomposición amenaza con expandirse a toda la región caribeña. La presencia keniana, aunque simbólica en números iniciales, actúa como un punto de inflexión operativo.

Haití


Haití es un país caribeño que comparte la isla de Hispaniola con la República Dominicana al este. Aunque todavía se está recuperando de un terremoto de 2010, muchos de los puntos de referencia de Haití que datan de principios del siglo XIX permanecen intactos. Estos incluyen la Ciudadela de la Ferrière, una fortaleza en la cima de una montaña, y las ruinas cercanas del Palacio Sans-Souci, la antigua casa real barroca del rey Enrique I.

Despliegue y límites de la fuerza internacional

El arribo del nuevo contingente ocurre en un contexto de recursos todavía insuficientes. Aunque el mandato permite un despliegue mucho mayor, las contribuciones de otros países han quedado por debajo de lo que los organismos internacionales consideran necesario para recuperar el control territorial. Aun así, la presencia keniana introduce un núcleo disciplinado y con experiencia en operaciones urbanas complejas, un factor que podría mejorar la coordinación en las zonas más disputadas por las megabandas haitianas.

La capacidad real de la misión dependerá de su consolidación logística y financiera. Sin una infraestructura adecuada, rotación de personal y apoyo estratégico, incluso un contingente ampliado enfrentará enormes dificultades para sostener operaciones prolongadas. La historia reciente de Haití demuestra que los esfuerzos internacionales pueden diluirse rápidamente si no están acompañados de mecanismos robustos de gobernanza y reconstrucción institucional. La gangrena territorial requiere una combinación de fuerza policial y reconstrucción del Estado que ninguna de las misiones anteriores logró asegurar.

Impacto potencial y escenarios en desarrollo

Si la misión logra alcanzar una escala significativa, podría recuperar zonas clave de la capital y permitir el retorno gradual de poblaciones desplazadas. La presencia de fuerzas kenianas también ofrece una ventana de oportunidad para reactivar servicios esenciales, proteger corredores humanitarios y crear un espacio mínimo de seguridad para discutir salidas políticas. En el mejor escenario, la combinación de presión policial y apoyo internacional facilitaría una transición institucional más estable.

Sin embargo, el éxito no está garantizado. El arraigo social y económico de las bandas, sumado a la desconfianza histórica hacia intervenciones extranjeras, podría limitar el impacto de la operación. Haití enfrenta simultáneamente un colapso estatal, una crisis humanitaria y una fragmentación del control territorial. El papel de Kenia inaugura una fase nueva pero incierta: una intervención que intenta contener la violencia sin repetir los errores del pasado, y que definirá si la comunidad internacional logra finalmente frenar la expansión del caos haitiano.