La salida de Helmut Marko de Red Bull después de más de 20 años como asesor principal marca el fin de una era para una de las escuderías más importantes de la Fórmula 1.
Con su partida, la Fórmula 1 pierde a una figura que fue fundamental en el desarrollo de grandes pilotos como Sebastian Vettel y Max Verstappen, contribuyendo a la obtención de múltiples campeonatos de constructores y pilotos.
Helmut Marko, de 82 años y con un legado de influencia en la estructura de Red Bull Racing, decidió cerrar su capítulo en la F1 después de la última carrera de la temporada en Abu Dhabi.
Aunque su decisión fue comunicada como personal, varios rumores apuntan a desacuerdos internos y decisiones unilaterales que habrían precipitado este desenlace.
La salida de Marko no solo se debió al desgaste natural de su extenso mandato, sino también a incidentes recientes que aumentaron las tensiones dentro de Red Bull.

Uno de los problemas más serios fue su decisión de contratar al piloto irlandés Alexander Dunne sin el respaldo de la directiva, lo que llevó a costosas repercusiones contractuales para la escudería.
A esto se suman las polémicas declaraciones que hizo Marko sobre Kimi Antonelli, insinuando injustamente que favoreció a Lando Norris en el GP de Qatar, lo cual generó una gran polémica y afectó negativamente el ambiente interno y la imagen del equipo.
La gestión de Marko también se vio sacudida por el conflicto con Christian Horner, a quien se le atribuyen denuncias por comportamiento indebido y quien finalmente fue desplazado de su rol. Estos episodios minaron la confianza de la nueva dirección de Red Bull en Marko y aumentaron la pelea interna por el poder dentro del equipo.
Con Laurent Mekies al frente, Red Bull busca una renovación en su estructura organizativa, asegurando una visión más flexible y colaborativa para enfrentar los desafíos de la F1 con las nuevas reglas en 2026.
Max Verstappen, a pesar de su gran relación con Marko, no parece verse afectado inmediatamente por el cambio. Mantiene el respaldo de la actual directiva, incluido el CEO deportivo Oliver Mintzlaff, y sigue enfocado en el desarrollo del nuevo proyecto de la escudería, que contempla una alianza tecnológica con Ford a partir de 2026.
Aunque Verstappen tiene contrato hasta 2028, la existencia de cláusulas de rendimiento sugiere que el piloto estará observando de cerca cualquier cambio que pueda afectar el rendimiento del equipo.