Montevideo vuelve a posicionarse en la discusión latinoamericana sobre movilidad inteligente con un proyecto que busca restringir el boleto en papel a los pagos en efectivo dentro del Sistema de Transporte Metropolitano. La iniciativa, presentada en la Junta Departamental, funciona como un termómetro de la transformación tecnológica que atraviesan las ciudades y plantea interrogantes sobre cómo equilibrar innovación, sustentabilidad e igualdad de acceso para todos los usuarios del transporte público.
El contexto acompaña: la instalación de nuevas validadoras en la flota de ómnibus introduce un ecosistema de pagos digitales, recargas remotas y gestión en tiempo real que acerca a Montevideo a modelos de movilidad ya consolidados en Europa y partes de Sudamérica. Sin embargo, la transición hacia un sistema predominantemente digital no es lineal y enfrenta tensiones particulares en una ciudad con niveles heterogéneos de acceso tecnológico.
El impulso a la digitalización del STM está alineado con tendencias globales que buscan reducir costos operativos, minimizar residuos y mejorar la eficiencia. La eliminación del papel para quienes usan tarjeta electrónica plantea beneficios evidentes: menos emisiones, menos basura urbana y procesos más simples para empresas y usuarios. No obstante, también abre un debate sobre el valor del boleto como comprobante físico, especialmente para quienes dependen del ticket para validar horarios, presentar reclamos o verificar el uso de tarifas especiales.
Las experiencias previas, tanto en Montevideo como en otras ciudades, muestran que la restricción del papel sin medidas de acompañamiento puede profundizar brechas. En 2020, una propuesta similar fue descartada tras advertir que un porcentaje significativo de usuarios seguía dependiendo del efectivo y del comprobante impreso. El nuevo proyecto responde parcialmente a esa crítica al mantener el boleto físico para pagos en efectivo, pero persiste el desafío de garantizar que la transición no afecte la seguridad ni la información de los usuarios menos digitalizados.
👏🏻👏🏻 Siguen llegando las unidades de Metrovía 🚍.
— GuayAquiles🩵 (@AquilEsGyee) December 9, 2025
Llegaron 4 nuevas unidades que se suman a la flota de la Troncal 1 Guasmo - Río Daule del Sistema Metrovía, fortaleciendo la operación para atender a más de 79.000 usuarios diarios que se movilizan en esta troncal.
Esta… pic.twitter.com/QR9pEB6q4d
El avance del STM hacia un modelo digital podría marcar un precedente regional si logra resolver los puntos sensibles asociados a la inclusión. Entre ellos, la necesidad de ofrecer alternativas de comprobantes digitales claros, mecanismos de orientación para personas mayores y garantías para usuarios que dependen de beneficios estatales. La discusión ya no gira solo en torno al boleto papel, sino en torno a cómo construir un sistema que sea moderno sin perder de vista la diversidad social.

Los próximos meses definirán si la transformación del STM se convierte en un caso de éxito en políticas de movilidad o en un recordatorio de que la innovación debe acompañarse de estrategias inclusivas. Montevideo enfrenta una oportunidad singular: demostrar que la digitalización del transporte puede ser eficiente, ambientalmente responsable y, sobre todo, accesible para todos.