17/12/2025 - Edición Nº1044

Deportes


Un premio esquivo

Philip Noel-Baker, el único deportista que ganó el Nobel de la Paz

10/12/2025 | De origen británico, fue medallista olímpico en 1912 y recibió el Nobel de la Paz en 1959 por su lucha por el desarme. A pesar de que se han propuesto hasta leyendas como Pelé y Muhammad Ali, ningún otro deportista profesional ha logrado el galardón.



El Premio Nobel de la Paz ha distinguido a líderes políticos, activistas y organizaciones humanitarias desde 1901, pero rara vez se cruza con el mundo del deporte. La gran excepción es Philip Noel-Baker, un británico que supo unir la disciplina olímpica con la diplomacia internacional.

Nacido en 1889, Noel-Baker fue atleta de medio fondo y representó al Reino Unido en los Juegos Olímpicos de Londres 1912, donde obtuvo la medalla de plata en los 1500 metros.

Noel-Baker había estudiado historia y derecho en Cambridge, pero tras la Primera Guerra Mundial, se volcó a la política, ingresando a trabajar en la Sociedad de Naciones.

Durante esos turbulentos años del Siglo XX, la Segunda Guerra Mundial cambiaría nuevamente los planes, ya que la batalla lo motivó a ingresar como ministro en el gobierno de Winston Churchill. Además, Noel-Baker ayudó a redactar la Carta de las Naciones Unidas y durante el resto de su vida se dedicó a realizar intensos esfuerzos para evitar una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

En 1959, recibió el Premio Nobel de la Paz por su incansable trabajo en favor de la cooperación internacional y la reducción de los arsenales. Su trayectoria lo convierte en el único caso de un medallista olímpico que alcanzó la máxima distinción mundial en la lucha por la paz.

Philip Noel-Baker recibe su medalla y diploma de manos de Gunnar Jahn, presidente del Comité Nobel, durante la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en el Auditorio de la Universidad de Oslo el 10 de diciembre de 1959.

Otros ganadores del Nobel con vínculos deportivos

Aunque Noel-Baker es el único atleta olímpico laureado, existen otros ganadores del Nobel de la Paz que tuvieron relación con el deporte en su juventud, aunque no de manera profesional ni federada.

  • Aung San Suu Kyi (1991) Líder birmana reconocida por su lucha no violenta por la democracia. En su juventud fue una entusiasta jugadora de bádminton, deporte que practicaba regularmente como parte de su formación.

  • Muhammad Yunus (2006) Economista bangladesí, fundador del Grameen Bank y pionero de los microcréditos. Antes de su carrera académica, fue un atleta universitario destacado en pruebas de resistencia.

Las leyendas deportivas que fueron propuestas al galardón 

Muhammad Ali, el campeón que desafió al poder

El legendario boxeador estadounidense fue considerado por su activismo contra la guerra de Vietnam y su defensa de los derechos civiles. Diversos medios internacionales lo señalaron como merecedor del Nobel, aunque nunca llegó a figurar en las listas oficiales.

Didier Drogba, el goleador que frenó una guerra

El marfileño fue protagonista de un hecho histórico: tras clasificar al Mundial 2006, pidió que un partido de la selección se jugara en Bouaké, bastión rebelde en plena guerra civil. El gesto derivó en un alto el fuego y lo convirtió en símbolo de reconciliación. Desde entonces, su nombre fue impulsado como candidato por organizaciones y periodistas.

Manute Bol, la voz de Sudán

El exjugador de la NBA dedicó su vida a causas humanitarias en Sudán, financiando escuelas y apoyando a niños refugiados. Su trabajo fue destacado en campañas que lo presentaban como un perfil digno del Nobel, aunque tampoco recibió la nominación.

Pelé, embajador del fútbol y la paz

El astro brasileño fue mencionado en distintas iniciativas como figura capaz de representar la fraternidad entre naciones a través del deporte. Nunca fue nominado oficialmente, pero su nombre circuló en debates sobre el rol del fútbol como herramienta de unión. De hecho, se le atribuye la anécdota de haber detenido brevemente una guerra civil en Nigeria para que jugara con Santos. 

Valores de paz, pero sin premio

Aunque el olimpismo nació como un símbolo de paz entre naciones, con atletas compitiendo bajo reglas comunes más allá de fronteras y conflictos, el Premio Nobel de la Paz ha mantenido una distancia histórica con el deporte. La paradoja es evidente: mientras los Juegos Olímpicos promueven la fraternidad global desde hace más de un siglo, ningún atleta -salvo Philip Noel-Baker- ha sido reconocido por el Comité Noruego como constructor de paz. El deporte, pese a su poder simbólico y social, sigue siendo un lenguaje que el Nobel aún no ha traducido plenamente.