El exsenador Edgardo Kueider enfrenta su tramo más crítico en Paraguay: detenido junto a su pareja, Iara Guinsel, por intentar ingresar al país con USD 200 mil sin declarar, apuesta ahora a que la Corte Suprema paraguaya admita sus planteos para dilatar la extradición pedida por la Justicia argentina.
Ambos están imputados por contrabando en grado de tentativa y serán juzgados en abril de 2026. Paralelamente, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, reclama su extradición para avanzar en una causa por enriquecimiento ilícito y delitos conexos, entre ellos lavado de dinero.
La Fiscalía paraguaya ya se pronunció a favor de la extradición, con un matiz: que recién se concrete después del juicio local. Kueider rechazó acogerse al trámite simplificado, lo que abrió un proceso ordinario que su defensa intentó demorar mediante planteos estrictamente formales.
El juez Rolando Duarte rechazó esos incidentes en primera instancia. Más tarde, el Tribunal de Apelaciones, integrado por Jesús Riera Manzoni, Paulino Escobar Garay y Mario Torres Leguizamón, confirmó el rechazo y calificó los reclamos como “improcedentes”.
La Corte Suprema de Paraguay, compuesta por nueve miembros y organizada en salas, intervendrá a través de la Sala Constitucional -que debe analizar las excepciones de inconstitucionalidad- y de la Sala Penal, encargada de revisar apelaciones extraordinarias.
Según fuentes con acceso al expediente, el máximo tribunal puede ratificar lo actuado por los tribunales inferiores o introducir correcciones. Sólo en este último caso la extradición sufriría un verdadero freno; de lo contrario, quedará habilitada cuando concluya el juicio por contrabando en abril.
Los abogados de Kueider, Marcelo Bogado y Carlos Arévalo, no apuntaron a revertir la entrega, sino a entorpecer los plazos. Su estrategia gira en dos ejes:
Ambas objeciones fueron descartadas. “No se observa perjuicio o menoscabo a los intereses o derechos de los recurrentes”, sostuvo Riera Manzoni. Tampoco se advirtió “agravio” alguno que justificara modificaciones.
Con el rechazo consolidado en dos instancias, Kueider solo dispone de esta última jugada: que la Corte paraguaya dé lugar a sus planteos. Si no ocurre, el proceso de extradición quedará en marcha tan pronto se cierre el capítulo penal por contrabando.