Reforma laboral de Milei en el Congreso: qué recorta del poder sindical

El Gobierno tiene lista su reforma laboral y buscará aprobarla en las sesiones extraordinarias. El texto, al que accedió NewsDigitales, consolida el intento de Javier Milei de mudar el régimen de empleo hacia un modelo más “ágil y previsible”. En la práctica, implica reducir costos empresariales, limitar la judicialización y avanzar sobre pilares históricos del derecho laboral argentino.

Uno de los núcleos más sensibles es el frente judicial: se restringe el principio de la norma más favorable al trabajador, se elimina la “justicia social” como criterio interpretativo y se impide a los jueces aplicar convenios por analogía. Además, se sancionará a empleados y abogados si presentan reclamos “exagerados”, y los acuerdos conciliatorios tendrán el mismo peso que una sentencia firme, cerrando la puerta a reclamos posteriores.

El capítulo indemnizaciones mantiene la fórmula tradicional, pero aclara criterios para evitar duplicaciones y fija reglas más estrictas para calcular remuneraciones, eliminar ítems variables y actualizar créditos laborales. En paralelo, se crea el Fondo de Asistencia Laboral (FAL), un esquema que reemplaza parte del costo indemnizatorio por aportes mensuales del empleador, un mecanismo que los sindicatos denuncian como una privatización encubierta del riesgo laboral.

La reforma también avanza fuerte sobre la estructura gremial. Impone límites a asambleas, reduce horas sindicales, facilita sindicatos por empresa y endurece sanciones por bloqueos o tomas. En línea con el DNU 70/23, redefine las restricciones a la huelga en servicios esenciales y acota la tutela sindical. Para las plataformas como Rappi o PedidosYa, crea un régimen propio que consolida la figura del trabajador independiente.

Vacaciones fraccionadas, banco de horas, ampliación del período de prueba para casas particulares, nuevos incentivos a la formalización y un esquema impositivo más liviano completan la iniciativa. El Gobierno apuesta a mostrar esta reforma como un quiebre de época; los gremios, como el inicio de un conflicto mayor. El Congreso será el escenario de una de las discusiones laborales más profundas desde los años 90.