El bloque del PRO en la Cámara de Diputados atraviesa su mayor crisis desde su creación. De los 24 integrantes que tenía antes de las elecciones de octubre de 2025, apenas 12 permanecen bajo la conducción de Mauricio Macri. El resto -una docena de legisladores entre actuales y electos- se distribuyó entre La Libertad Avanza (LLA), espacios provinciales o bloques independientes, acelerando un proceso de desgranamiento que comenzó meses antes de los comicios y que hoy consolida al oficialismo libertario como la fuerza dominante en el Congreso.
La ruptura, que estalló luego del triunfo electoral de Milei, refleja tensiones arrastradas entre el macrismo tradicional y el sector alineado con Patricia Bullrich. Fue justamente este último el que encabezó el éxodo: figuras de peso, con buen desempeño electoral y arraigo territorial, decidieron abandonar el PRO y migrar hacia el oficialismo bajo el argumento de “acompañar las reformas estructurales” impulsadas por la Casa Rosada.
El 31 de octubre marcó el primer quiebre. Ese día, Damián Arabia -exvicepresidente del PRO-, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Silvana Giudici y Patricia Vázquez hicieron público su pase a LLA. Todos provenientes de CABA, Buenos Aires o Córdoba, justificaron el salto en la necesidad de “profundizar el cambio” y en su sintonía política con Bullrich, quien operó silenciosamente a favor del desembarco libertario.
A partir de noviembre, el goteo se convirtió en avalancha. Los santafesinos Alejandro Bongiovanni, Verónica Razzini y José Núñez tomaron distancia del macrismo: los dos primeros se integraron al bloque oficialista, mientras que Núñez optó por Provincias Unidas, priorizando la agenda regional. A ellos se sumaron la cordobesa Belén Avico -que dejó al PRO sin representantes en esa provincia- y el puntano Carlos Almena, ambos electos en 2025 y decididos a acompañar al nuevo oficialismo.
El reordenamiento culminó en diciembre, con el traspaso de María Luisa González Estevarena (CABA) y del rionegrino Aníbal Tortoriello. Ambos prestaron juramento directamente en la bancada libertaria durante la sesión preparatoria del 10 de diciembre, sellando el debilitamiento del espacio creado por Macri hace dos décadas.
En La Libertad Avanza celebran: el bloque ya ronda los 95 diputados, una cifra inédita para un oficialismo desde 2011 y que deja al gobierno a un paso del quórum propio. En el PRO, en cambio, reina la preocupación. Macri realizó llamados personales para frenar la fuga, pero las diferencias estratégicas y las afinidades ideológicas con el mileísmo terminaron por imponerse. El partido enfrenta ahora el desafío de reconstruir su identidad, redefinir su conducción y evitar que nuevas tensiones sigan erosionando su representación de cara a la disputa presidencial de 2027.
GZ