Jack Doohan afrontaba su primera prueba oficial en la Súper Fórmula japonesa con el equipo Kondo Racing, en el circuito de Suzuka. El australiano, que había sido reemplazado por Franco Colapinto en Alpine tras disputar apenas seis GP en la Fórmula 1, buscaba relanzar su carrera en Asia. Sin embargo, un despiste en la curva Degner terminó en un fuerte impacto contra las protecciones y en su traslado inmediato para chequeos médicos.
El accidente generó preocupación en el paddock y obligó a detener la actividad con bandera roja. Aunque los primeros reportes indicaron que Doohan se encontraba consciente y sin lesiones graves, la imagen de su salida en ambulancia marcó un debut accidentado en una categoría que exige máxima precisión y adaptación técnica.

La llegada de Doohan a Japón se da en un contexto de reconfiguración de su carrera. Tras quedar sin asiento en Alpine y perder su rol de piloto de reserva para 2026, decidió apostar por la Súper Fórmula, considerada la categoría más competitiva de Asia y un trampolín hacia la elite. Su incorporación a Kondo Racing ya es oficial y, aunque Toyota aún no lo anunció formalmente, todo indica que compartirá equipo con Luke Browning en la próxima temporada.
El hijo de Mick Doohan, cinco veces campeón de MotoGP, enfrenta ahora el desafío de demostrar que puede sobreponerse a este tropiezo inicial. La Súper Fórmula suele atraer a pilotos con pasado en la F1 y representa una oportunidad para consolidarse en un entorno exigente. El golpe en Suzuka fue un recordatorio de las dificultades de adaptación, pero también un punto de partida para una etapa que promete ser decisiva en su carrera.
Más allá del accidente, la expectativa en torno a Doohan sigue siendo alta. Su experiencia previa en F2 y F1 lo posiciona como un piloto con potencial, y su desembarco en Japón abre un nuevo capítulo en su trayectoria. El reto será transformar este debut accidentado en una oportunidad de aprendizaje y demostrar que puede convertirse en protagonista de la temporada 2026.
