Pepo San Martín, cantante, guitarrista y compositor de Científicos del Palo, visitó El Living de NewsDigitales para una charla a fondo con el periodista Juan Ignacio Provéndola. El cantante no dio vueltas al describir Mar del Plata, su ciudad de residencia: “Nunca hay mil personas viendo una banda marplatense. Nunca, literalmente nunca”. Señaló que, aunque existen lugares para tocar, la escena no se retroalimenta y eso frena a todos. También habló de Buenos Aires y su fastidio con la movilidad: “Odio el concepto de tráfico continuo. Es molesto y perturbador”.
El músico recordó su infancia en el exilio junto a sus padres (quienes escapaban de la dictadura) en Barcelona y la impronta que eso dejó en su identidad política. “Para mí ser peronista era lo normal”, afirmó, explicando que en su casa la militancia y la historia personal estaban siempre presentes, aunque sin adoctrinamiento explícito.
Peronismo, poder y molestias necesarias
Pepo analizó el presente del peronismo sin anestesia: “No veo representantes hoy que digan: es por acá”. Y marcó un problema clave: “Hubo un exceso de 'focusgroupismo', de ver qué hay que decir y qué no; y se transformó en una cosa muy tibia que no terminó de convencer a nadie”. Su conclusión fue tajante:
“Cuando no estás molestando a nadie, me parece que no está pasando nada”.
Incluso trasladó esa lógica a su propia banda: “Si fuéramos más grandes, estaríamos generando ‘kukas’. Hay que trabajar para ofender más”, ironizó, en referencia a la reacción de las derechas digitales ante artistas politizados.
El regreso a 'Gorilophrenia'
Científicos del Palo celebra los 15 años de Gorilophrenia, un disco que, según Pepo, vuelve a tener sentido en este clima político: “Es el más combativo ante esta avanzada neocolonial”. Explicó que la banda disfruta tocar discos enteros, pero ya está agotado del formato: “Me cansé. Después de Flores volvemos a la normalidad”. Sobre la inconclusa trilogía Justicialista, fue igual de sincero: “Se me apagó la llama. Pensé que iba a ser divertido y en un momento dije basta”. Aun así, confirmó que el tercer capítulo finalmente verá la luz el año próximo.
Mollo, el padrinazgo y el asombro
Pepo se mostró casi incrédulo al hablar de su relación con Ricardo Mollo: “A veces me olvido del respeto musical que me tiene”, confesó. Recordó un audio reciente del líder de Divididos: “Me dijo que le había pasado lo mismo que la primera vez que escuchó La Histeria. Que él me diga eso… es todo al revés”. El vínculo tiene un color paternal: “Cuando me habla en serio, freno y escucho”, dijo.
El solista, YouTube y el futuro
Sobre Ministerio del Interior, su proyecto solista, fue directo:
“Es lo más grande que hice. La noción del infinito: siempre voy a poder agarrar una guitarra y trabajar”.
Contó que recibe mensajes de gente agradeciendo por ese disco: “Lo hice en mi pieza y a alguien le salvó la vida. Es espectacular”.
También habló de Doble Bobina, su canal de YouTube: “Cuando me vi tocar grabado dije: soy de madera”. Eso lo obligó a estudiar más, aunque desconfía del tono solemne de otros creadores: “¿Cómo vas a decir ‘así compone Charly García’? ¿Cómo sabés?”. Para él, el humor es la única forma de escapar al vendehumo profesional.
Punto, pero no final
Sobre el futuro de Científicos del Palo, la imagen fue perfecta: “Es como el pasto de mi vereda. Lo saco y vuelve”. Admitió que cometió todos los errores posibles, pero el público siguió ahí: “Yo he hecho lo posible para que la banda muera… y no se va”. Cerró con una certeza simple y luminosa: “Me volvieron las ganas de viajar y tocar. El Pepo que gira resucitó”. Una declaración honesta, sin efecto especial, pero con la potencia del que vive de sus propias canciones.
