La presentación de la reforma laboral en el Senado desató una controversia institucional y, al mismo tiempo, reactivó un conflicto político que lleva meses latente: la disputa entre Patricia Bullrich y Victoria Villarruel. La tensión entre ambas viene desde antes de asumir el Gobierno. Villarruel esperaba conducir áreas vinculadas a seguridad o defensa, pero Milei terminó entregando todo ese espacio a Bullrich, lo que dejó a la vicepresidenta aislada y sin estructura real de poder.
Ahora, el debate por la Cámara de origen del proyecto abrió una inesperada oportunidad. La presión para enviar la reforma laboral a Diputados podría dejar a Villarruel en posición de decidir el futuro inmediato del texto y, en ese movimiento, restarle protagonismo a Bullrich.
Tres referentes del arco opositor -Esteban Paulón, Carolina Moisés y Guillermo Michel- cuestionaron públicamente que el Ejecutivo ingresara el proyecto por el Senado.
MAL ARRANQUE: LA REFORMA LABORAL DEBE IR A DIPUTADOS
— Esteban Paulón (@EstebanPaulon) December 11, 2025
Acabamos de intimar a @VickyVillarruel y @madorni para que retiren el proyecto de ley de Modernización Laboral y la presenten donde corresponde, @DiputadosAR
El proyecto incluye reformas en cargas y contribuciones además de… pic.twitter.com/cNHntL7SNR
El punto central: la iniciativa incluye artículos impositivos, lo que según el artículo 52 de la Constitución la obliga a comenzar su trámite en Diputados.
Paulón fue directo: el ingreso en el Senado “solo responde al capricho de Bullrich de capitalizar su posible aprobación”. Su planteo no solo apunta al procedimiento, sino también al trasfondo político: Bullrich buscaba anotar un triunfo parlamentario propio.
LA CONSTITUCIÓN NO SE NEGOCIA.
— Carolina Moises (@CarolinaMoises) December 11, 2025
El proyecto de Reforma Laboral NO puede entrar por @SenadoArgentina.
El Gobierno ingresó hoy un proyecto que incluye cambios impositivos en IVA y Ganancias y derogaciones de leyes tributarias.
¿Y saben qué? Eso viola la Constitución. El artículo… pic.twitter.com/FQzlMOX1QY
Carolina Moisés reforzó la objeción jurídica: “Si el trámite nace torcido, la ley nace muerta”. Y recordó que el Senado no puede abrir el debate si el proyecto toca impuestos.
¿Por qué la reforma laboral, al incluir un artículo respecto del ajuste por inflación impositivo, debe tener como Cámara de Origen Diputados?
— Guillermo Michel (@MichelGuilleOK) December 11, 2025
El proyecto de reforma laboral incluye un paquete fiscal.
El artículo 52 de la Constitución Nacional dispone: “A la Cámara de Diputados… pic.twitter.com/keAfzkcdKM
Guillermo Michel detalló el elemento técnico que desata la controversia: el artículo 186, que modifica la Ley de Ganancias. Aunque algunos dictámenes históricos permiten que leyes tributarias ingresen por el Senado, imponen una condición: que no generen nuevas cargas impositivas.
Según Michel, esa condición no se cumple: el artículo produce beneficios para algunos contribuyentes y perjuicios indirectos para otros, creando un trato desigual. Eso obliga a que la Cámara de origen sea Diputados.
La clave política está en lo que puede ocurrir ahora. Si Villarruel decide dar marcha atrás, retirar el proyecto y enviarlo a Diputados, no solo evitaría una judicialización segura: también daría un golpe estratégico.
Villarruel, hoy sin poder real dentro del Ejecutivo y con una relación rota con Bullrich, podría utilizar este episodio para recuperar centralidad y mostrarse garante del cumplimiento institucional.

El movimiento tendría un efecto adicional: el debate pasaría a Diputados, quitándole la posibilidad a Bullrich de mostrar orden y capacidad de negociación en el Senado, donde buscaba capitalizar la aprobación.
Aunque el Gobierno evitó pronunciarse públicamente sobre la disputa, en el Senado se leyó la aparición de este conflicto como el capítulo más reciente de una pelea que nunca terminó de apagarse dentro del oficialismo.
Lo que ocurra en las próximas horas será crucial. Si Villarruel decide frenar el trámite y reenviar la reforma a Diputados, Bullrich perderá la escena que buscaba. Si, en cambio, la vicepresidenta intenta avanzar igual, el proyecto llegará debilitado y abrirá una batalla judicial segura.
En cualquier variante, la reforma laboral quedó atrapada en una interna que excede lo legislativo: es una disputa por el poder dentro del propio Gobierno.