El 11 de diciembre de 2004, el mundo del fútbol se conmocionó con la noticia del fallecimiento de José Luis Cuciuffo, el exdefensor campeón del mundo con la selección argentina en 1986.
Su muerte, resultado de un desafortunado accidente durante un excursión de caza en la Bahía San Blas, en la provincia de Buenos Aires, dejó una profunda tristeza en el mundo del fútbol.
Durante aquella jornada fatídica, Cuciuffo conducía su camioneta junto a su amigo Oscar Beltramo cuando pisaron una vizcachera, provocando que una carabina calibre 22 perdiera estabilidad y se disparara accidentalmente.
La bala impactó gravemente en su abdomen, perforando el hígado y alojándose en la aorta. Pese a los esfuerzos por salvar su vida, el ex futbolista sucumbió a sus heridas camino al Hospital Pedro Ecay, a 100 kilómetros del lugar del accidente.

Nacido el 1° de febrero de 1961 en Córdoba, Cuciuffo fue un defensor polifuncional que comenzó su carrera en el club Huracán de su provincia natal. Destacado por su habilidad y capacidad de adaptación, jugó en varias posiciones de la línea defensiva y fue un referente constante en los equipos que integró.
Su trayectoria profesional lo llevó de Chaco For Ever a Talleres de Córdoba, y posteriormente a Vélez Sarsfield, donde sus actuaciones le valieron la convocatoria para representar a la Selección Argentina en el Mundial de 1986.
Cuciuffo jugó un papel crucial durante el torneo, consolidándose como stopper en el equipo dirigido por Carlos Salvador Bilardo, que finalmente se coronó campeón del mundo en el Estadio Azteca de México.
Tras su paso por Vélez, continuó su carrera en Boca Juniors, y más tarde en el fútbol francés con el Nîmes Olympique y el Stade de Reims. Finalmente, regresó a Argentina para cerrar su carrera en Belgrano de Córdoba, donde se retiró en 1993.
Recordado tanto por su destreza en el campo como por su personalidad fuera de él, Cuciuffo dejó una marca indeleble. Su ex compañero de selección, el Tata Brown, lo describía como "la alegría del fútbol", recordando sus chistes y su espíritu positivo que iluminaban el vestuario.