En una ciudad marcada por una histórica crisis hídrica, el gobernador bonaerense Axel Kicillof visitó este viernes Bahía Blanca para supervisar los avances del nuevo acueducto Planta Patagonia–Bosque Alto, una obra estructural que busca resolver uno de los problemas más persistentes de la región: la falta de agua potable.
En el marco de la actividad, el mandatario provincial volvió a cuestionar con dureza la política de “obra pública cero” que impulsa el gobierno de Javier Milei.
La recorrida incluyó también la entrega de viviendas y la firma de convenios para infraestructura social, en un contexto en el que el gobernador buscó contrastar su estrategia con la gestión nacional.
“Nunca en la historia de Bahía Blanca se había llevado adelante un plan de infraestructura tan importante como el que estamos realizando desde la provincia”, sostuvo Kicillof.
Y apuntó directamente contra el presidente: “Lo hacemos aún en un contexto adverso, en el que Milei habla de obra pública cero. Estoy muy orgulloso porque demostramos con hechos que somos muy distintos: nunca les vamos a alquilar un puente como hace el Gobierno nacional”.
La obra hídrica, financiada a través del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), forma parte del Plan Hídrico Integral Bahía Blanca–Coronel Rosales y busca atacar una demanda largamente insatisfecha.
El proyecto incluye un acueducto de ocho kilómetros, nuevas cisternas con capacidad para 40 millones de litros y estaciones de bombeo, además de un segundo acueducto hacia el barrio Los Chañares.
Según detalló el gobierno provincial, los trabajos beneficiarán a más de 300.000 habitantes, en una ciudad donde los cortes, la baja presión y los problemas de abastecimiento son parte de la vida cotidiana, especialmente en los meses de mayor consumo.
En su discurso, Kicillof volvió a meterse de lleno en una de las discusiones económicas centrales de estos meses: el rol del Estado en la inversión en infraestructura. En su crítica al Ejecutivo nacional, recordó que Milei puso en marcha un programa de paralización de obras y redujo al mínimo el financiamiento federal para proyectos provinciales.
Además de la obra hídrica, el mandatario entregó ocho viviendas en el barrio UOM que completan un complejo habitacional de más de mil casas. También criticó la situación del mercado de alquileres tras la desregulación impulsada por Milei y vinculó la pérdida de 250.000 puestos de trabajo en dos años con las políticas nacionales de flexibilización laboral.
“Ahora nos hablan de modernizar las relaciones laborales, pero esconden allí el mismo plan de flexibilización que ya fracasó tantas veces: lo que buscan es trasladar todo el costo del ajuste a los que menos tienen”, completó.