14/12/2025 - Edición Nº1041

Internacionales

Justicia pendiente

Caso Odebrecht en Perú: la nueva acusación que compromete a Pedro Pablo Kuczynski por IIRSA Norte

12/12/2025 | La acusación fiscal contra Pedro Pablo Kuczynski reactiva el debate sobre responsabilidades políticas y justicia tardía.



La solicitud de más de ocho años de prisión contra el expresidente Pedro Pablo Kuczynski marca un nuevo capítulo en la larga secuencia judicial que dejó el escándalo Odebrecht en Perú. Aunque los hechos investigados se remontan a casi dos décadas atrás, la acusación vuelve a situar en el centro de la escena el rol de las élites políticas en la adjudicación de megaproyectos de infraestructura. El caso IIRSA Norte, uno de los corredores viales más ambiciosos del país, aparece ahora como símbolo de una relación opaca entre Estado y grandes constructoras.

La figura de Kuczynski resulta particularmente sensible por su trayectoria como economista liberal, exministro y expresidente que llegó al poder con un discurso de tecnocracia y estabilidad institucional. La imputación fiscal no solo interpela su gestión pasada, sino que reactiva la percepción ciudadana de que el sistema político peruano ha sido incapaz de cerrar definitivamente el ciclo de corrupción asociado a Odebrecht. La causa se inscribe así en una narrativa de justicia tardía, donde las decisiones del pasado siguen proyectando costos políticos presentes.

Perú


Perú es un país de América del Sur que es el hogar de una sección de la selva amazónica y Machu Picchu, una antigua ciudad inca en lo alto de las montañas de los Andes. La región alrededor de Machu Picchu, que incluye el Valle Sagrado, el Camino Inca y la ciudad colonial de Cusco, es rica en sitios arqueológicos. En la árida costa del Pacífico de Perú se está Lima, la capital, con un centro colonial preservado e importantes colecciones de arte precolombino.

La trama de Odebrecht y el poder

Según la Fiscalía, Kuczynski habría utilizado su influencia como alto funcionario para favorecer al consorcio liderado por Odebrecht en la concesión de la IIRSA Norte, generando un perjuicio millonario al Estado. La acusación se apoya en reuniones, decisiones administrativas y vínculos empresariales que, de acuerdo con el Ministerio Público, configuraron un esquema de colusión agravada. Aunque el proceso aún no llega a sentencia, la sola formalización del pedido de pena vuelve a tensionar la imagen de neutralidad técnica que el exmandatario cultivó durante años.

El caso dialoga inevitablemente con otros procesos emblemáticos, como la condena de Alejandro Toledo por sobornos vinculados a la Interoceánica Sur. Ambos expedientes revelan un patrón común: megaproyectos estratégicos, intermediación política de alto nivel y constructoras transnacionales dispuestas a pagar por ventajas competitivas. La diferencia radica en el estadio judicial, pero la lógica subyacente refuerza la idea de que Odebrecht operó como un actor sistémico dentro del poder estatal peruano.

Las consecuencias políticas de un ciclo inconcluso

Más allá del destino judicial de Kuczynski, el caso vuelve a exponer la fragilidad institucional del Perú frente a la corrupción estructural. Cada nueva acusación contra un expresidente profundiza la desconfianza ciudadana y consolida la percepción de que la política funciona bajo reglas informales que solo se sancionan cuando el daño ya está hecho. La persistencia de estos procesos refleja un Estado que investiga, pero también evidencia sus límites para prevenir.

El expediente IIRSA Norte funciona así como recordatorio de un ciclo que aún no se cierra. Mientras las causas avanzan lentamente, el impacto sobre la gobernabilidad y la credibilidad democrática permanece abierto. La acusación contra PPK no es solo un episodio judicial, sino una señal de que el legado de Odebrecht sigue condicionando el presente político peruano, obligando a revisar la relación entre poder, obras públicas y responsabilidad histórica.