Damián Brayotta es de Córdoba, hincha fanático de Racing y en esa pasión inexplicable que significa la Academia decidió ir a dedo hasta Santiago del Estero para ver al equipo de Gustavo Costas, que juega esta noche la final del Torneo Clausura frente a Estudiantes de La Plata. Pero no lo hizo solo, sino con la compañía de su hijo Merlín, que lejos de asustarse, le dijo que sí a esta aventura de cientos de kilómetros.
La historia, rápidamente viralizada en las redes sociales, conmovió hasta al plantel racinguista y terminó con un regalo inesperado: Gastón Martirena los llamó y les obsequió las entradas.
El defensor, clave en los títulos de la Sudamericana y la Recopa, volvió a ganarse el cariño de la hinchada y no sólo les dio las dos boletos que son oro, sino que también se preocupó por su bienestar: les preguntó si tenían comida, dinero suficiente y cómo estaban llevando el viaje. También se enteraron Gustavo Costas, el cuerpo técnico y toda la dirigencia, que se pusieron a disposición.
Tal como hizo el nominado Alejo Ciganotto a los premios The Best como mejor hincha, este papá le demostró a su hijo lo que es el sentido de pertenencia y la herencia familiar. Y también tuvo mucho que ver su esposa, claro, quien en una comunicación telefónica le dio la idea de viajar a dedo sin querer y se lanzaron rumbo a lo desconocido. Sin pasajes ni entradas, solamente con sus mochilas, carpa y víveres para la travesía, pero confiando en la solidaridad de la gente que los acompañó en cada posteo, en cada parada y llevándolos hasta su destino final.
Damián y Merlín, dos nombres que resonarán por largos años, ya se encuentran en cercanías del estadio Madre de Ciudades, listos para alentar a Maravilla, Cambeses, Solari y a todo el conjunto albiceleste.
Más allá de la definición deportiva, el relato de este padre y su hijo se convirtió en símbolo de lo que significa seguir a Racing: un camino de esfuerzo, esperanza y, sobre todo, solidaridad. En Santiago del Estero, la pasión se mezclará con la emoción de haber llegado contra todo pronóstico, con la ayuda de quienes entendieron que el fútbol también se vive compartiendo.